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Blog personal de José Ramón Martínez Pérez.

Excursión a Montilla

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El sábado estuvimos de excursión en Montilla, el pueblo que vio nacer al Gran Capitán, Gonzalo Fernández de Córdoba, y la cuna del pintor enguerino de nacimiento, y montillés de adopción, José Garnelo y Alda.
También es el pueblo de varios compañeros que tuve en Informática, hace ya algún tiempo, pero que despistado de mí, olvidé llamar.
Así que madrugamos muy temprano, para llegar a Montilla a buena hora y que nos diera tiemo a visitar bastante cosas. Inexplicablemente, conseguimos llegar a la primera al centro del pueblo, a la Plaza de la Rosa.
Después estuvimos buscando el Museo Garnelo, situado en la Casa de las Aguas, donde tienen la mayor colección de pinturas de este pintor, enguerino de nacimiento, nacido en 1867.
Después de ver el museo de pintura, estuvimos dando una vuelta por el casco antiguo de la ciudad, buscando la oficina de Turismo, que está en la casa del inca Garcilaso, una casa-palacio del siglo XVI, donde vivió el escritor que nació en Perú y murió en Córdoba, uno de los primeros escritores mestizos sudamericanos.
La casa también se puede visitar, y está decorado con algunos barriles de fino firmados por personajes famosos, y algunos salones de conferencias.
Con los planos ya de la ciudad, estuvimos dando una vuelta, hasta ir a uno de los miradores de la ciudad, desde los que se ve la campiña cordobesa. De vuelta al centro pasamos por la iglesia de Santiago, al lado del Castillo de Montilla, que está siendo restaurado.
Al llegar al centro decidimos irnos ya para comer, así que fuimos al restaurante «El Quijote» que nos recomendaron en la oficina de Información y Turismo, y desde luego, bien recomendado, que rica presa ibérica, que rico fino de la casa, y que rico Pedro Ximénez de postre.
Después continuamos dando una vuelta por el pueblo, visitamos el Ayuntamiento y vimos por fuera las bodegas Alvear por fuera. ?Qué bien que olía! A ver si podemos organizar alguna excursión a las bodegas Alvear, aunque para eso hace falta llevar un conductor sobrio…
Y después, de vuelta, visitamos el Museo Arqueológico de Montilla, que aunque tenía pocas piezas, tenía un montaje muy didáctico, y tenían también una exposición de campanas antiguas curiosa.
Y luego… de vuelta a Martos.

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