El otro día estuve viendo la que es por el momento, última película de Woody Allen, ambientada en España, en Barcelona y en Oviedo.
La película cuenta la historia de dos chicas, Vicky (Rebecca Hall) y Cristina (Scarlett Johansson) vienen a Barcelona a pasar unas vacaciones. Vicky es la amiga «racional», mientras que Cristina es la más alocada de las dos.
En una galería de arte Cristina se fija en un atribulado pintor, Juan Antonio (Javier Bardem), esa misma noche, mientras cenan en un restaurante de Barcelona coinciden con él, y les hace una proposición directa: Pasar un fin de semana en Oviedo, donde él les enseñará la ciudad y lo que se presente.
Vicky se niega, alegando que es una locura y que ella tiene novio, al que no le haría mucha gracia que pasara el fin de semana con él; mientras que a Cristina le falta tiempo para decir que sí.
En Oviedo Cristina se pone enferma, y al final pasa todo el fin de semana con Vicky, que no puede resistirse a los encantos de Juan Antonio. De vuelta a Barcelona, Cristina comienza a salir con Juan Antonio, mientras que Vicky intenta pasar página aunque le ha creado una honda huella; pese a que llegue su novio para casarse, lo que ella creía que eran unos sólidos pilares en su vida, no lo son tanto.
Cristina, por su parte se muda con el pintor, cuando aparece la ex-mujer de Juan Antonio: María Elena (Penélope Cruz), formando un extraño triángulo amoroso.
En definitiva, Juan Antonio es un hombre al que todas las mujeres llegan con las bragas en la mano.
La historia es entretenida, si bien tengo que decir que tengo mejor recuerdo tanto de Scoop como de Match Point, y si bien Bardem no es un actor que me entusiasme, en esta película me recordaba más bien a Mike Tyson que a un atribulado pintor.
Quizás no sea de lo mejor de Woody Allen, pero no está mal del todo.