Una vez empezada la saga de Falcó de Pérez Reverte, no podía faltar la tercera entrega; que ya se está convirtiendo en un clásico de Navidad. Esta vez Falcó recibe instrucciones de irse hasta París para desacreditar a un importante francés, colaborador con la república y boicotear un cuadro que Picasso está pintando por encargo de la república. Así que dicho y hecho; tras una pequeña introducción con una acción clandestina en Francia para secuestrar y llevar a razón a un rico industrial vasco colaborador financiero con la República y el PNV, Falcó llega al París de 1938, donde mediante un agente austriaco de la Gestapo lo ponen en contacto con Leo Bayard (nombre tras el que se esconde el personaje histórico de André Malraux), su novia Eddie Mayo (Lee Miller), que a su vez también le sirven para ponerlo en contacto con Picasso, contemplar el Guernika a medio hacer y poder tomar las medidas de su estudio para boicotearlo más adelante.
Por supuesto, en esta historia no faltan el contra-espionaje, asociaciones afines a los nacionales que quieren ayudar a Falcó, o al menos tenerlo controlado, e incluso la personal venganza de Pérez Reverte de Hemingway a través de Gatewood.
Una novela muy entretenida de espías y acción.