El viernes estuve viendo esta película del año 1972 de Alfred Hitchcock. Además, en concreto es la penúltima película que dirigió el genial director, de vuelta a su Inglaterra natal.
Se desarrolla en Londres, en los años 70, en la que comienzan a aparecer unos cadáveres de mujer con una cosa en común: Todas han sido ahorcadas con una corbata; y la policía no tiene ninguna pista sobre quién puede ser el asesino.
A continuación comienza a contarnos la historia del protagonista: Richard Blaney (Jon Finch) que es despedido del bar del que trabaja, y sin saber muy bien donde ir, visita a su amigo y compañero en la RAF, Rusk (Barry Foster), y finalmente va a hacer una visita su ex-mujer, que regenta una agencia matrimonial donde trabaja junto con su secretaria. Pese a que llega algo borracho y no para de quejarse de la mala suerte que tiene en su vida (que la secretaria malinterpretará), con la que queda para cenar en su club.
Sin un duro (mejor dicho, libra) en su bolsillo, tiene que ir a dormir a un albergue para indigentes del ejército de salvación.
Al día siguiente, Rusk aparece en la agencia matrimonial, incordiando y muy violento, reuniéndose a solas con la ex-mujer de Richard aprovechando que la secretaria había salido para ir a comer. Rusk pierde los nervios y termina por ahorcar a la ex-mujer de Richard con su corbata. Sale corriendo de la escena, y justo a continuación Richard llega para hablar con su mujer, encuentra la agencia cerrada y al salir se cruza con la secretaria.
La investigación policial, basándose en las declaraciones de la secretaria se centra en Richard. Se reúne con su actual novia, y juntos descubren el asesinato de su ex-mujer, la convence de su inocencia y corre a esconderse, al encontrarse por casualidad con otro compañero de la RAF, mientras está en casa de su amigo, el asesino vuelve a actuar: Esta vez con su actual novia; las cosas empiezan a ponerse feas, hasta que decide acudir a pedirle ayuda su «buen amigo», Rusk, momento que la policía aprovecha para apresarlo.
De todas formas, el inspector de policía, sagaz y con mucho instinto no termina de estar convencido de todo y continúa con la investigación.
Una genial película de Hitchcock, donde ya aprovecha para arremeter contra todo lo que puede: las mujeres (atención al diálogo:
– «Antes de matarlas parece que las viola»
– «Algo bueno tenían que tener»
que hoy sería políticamente muy incorrecto), así como contra los franceses, y en especial contra su cocina, al fin y al cabo con el prestigio que tenía Hitchcock al final de su carrera, ¿Quién se atrevería a contradecir al cineasta?
Una película con una temática recurrente en las películas de Hitchcock: El falso culpable, que intenta por todas las maneras demostrar su inocencia. Además es interesante ver esta película de los años 70, con una estética muy diferente a las anteriores de Hitchcock, y además donde pierde muchos tabúes a mostrar desnudos de mujer.
Una película muy interesante.

Ayer estuve viendo «El Tirador«, una típica película de falso culpable, aunque muy lejos de las películas de la misma temática de Hitchcock.
Mark Wahlberg es Swagger, un tirador de élite del ejército estadounidense, que tiene una mala experiencia en Etiopía al dejarlo tirado, por lo que decide retirarse a las montañas para vivir en tranquilidad sin que nadie le moleste. Allí llegan unos agentes diciéndole que unos terroristas quieren atentar contra el presidente, por lo que deciden pedirle su consejo como francotirador de élite para intentar evitar el atentado.
Aunque claro, al final van y le encasquetan el magnicidio. Y es que también hay que tener mala suerte. Y desde ahí a intentar correr y demostrar su inocencia, con la ayuda de un agente del FBI novato y latino que cree su historia y la novia de un compañero que murió en Etiopía. Todo mezclado con mucho patriotismo estadounidense, y muchos, muchos tiros. Tiros para arriba y tiros para abajo.
En definitiva una película bastante floja, muy predecible, así que si hay mejores alternativas no pensárselo dos veces. Aunque si a uno le gustan las películas de francotiradores (como Enemigo a las Puertas) puede repensárselo.

Ayer vimos en el cine club del Colegio Mayor la última película del ciclo de Alfred Hitchcock, Recuerda (en inglés Spellbound), protagonizada por Ingrid Bergman y Gregory Peck, y es del año 1945, justo cuando terminaba la II Guerra Mundial. Interesante es en algunas imágenes de las estaciones de trenes como se ve la publicidad de comprar bonos de guerra.
El argumento de la película vuelve a ser el de falso culpable, un tema muy recurrente dentro del cine de Alfred Hitchcock, solamente que en esta película, incluso el protagonista se cree que es culpable.
La película se desarrolla en un hospital psiquiátrico, donde llega un nuevo director, que al final parece ser que no es lo que se esperaba. Enfermo de amnesia y con un gran complejo de culpabilidad, el tío estaba como una cabra (bueno, técnicamente no, segurmante que habrá gente que diga que no estaba loco…), y en la película hay mucho psicoanalismo, y muchas referencias a todos estos temas psicológicos.
Evidentemente, habiendo amnesia de por medio, la frase ?Recuerda!, era muy recurrente, de ahí el nombre de la película. ?Qué ocurrentes los traductores!.
La película es interesante, aunque las películas donde salen locos no me suelen gustar.

Ayer, continuando con el ciclo de Alfred Hitchcock que se está emitiendo en el Colegio Mayor, se vio la película «Con la muerte en los talones«, (En inglés North by Northwest), protagonizada por Cary Grant, Eva Marie Saint y James Mason. Otro de los actores que aparecen es un jovencísimo Martin Landau, que hay que ver como ha envejecido…
La película es del año 1959, y salvo por los coches que aparecen no lo aparenta, la trama y la intriga te deja atrapado en el sillón hasta el final de la película, ya les gustaría a muchas películas actuales tener la mitad de interés de esta película.
La trama es la del falso culpable, de la que Hitchcock hizo varias películas, Cary Grant es confundido por una persona que no es e intentan eliminarlo, evidentemente él huye, recorriendo la mitad de los EE.UU. La película sobre todo tiene un punto humorístico que mejora, si cabe la película en su valoración global. Muy buenas son los diálogos cuando Cary Grant es secuestrado o cuando está borracho al teléfono.
Famosísima es también la escena en la que Cary Grant es perseguido por un avión que intenta matarlo, seguramente una de las escenas más famosas de la historia del cine (Seguro que Julio lo discutirá conmigo).
Curioso es un cambio en las voces que se produce hacia la mitad de la película en la que Cary Grant está muy acaramelado con una muchacha. Seguramente se deberá a la censura.
En definitiva, una gran película.