
Una amiga me recomendó leer este libro hace algún tiempo; y efectivamente, me ha llevado también algún tiempo el terminar este gran libro.
Publicado por Fiódor Dostoyevski en 1880, en la revista lietaria «El Mensajero Ruso«, donde también publicaría sus novelas Tolstoi.
Los protagonistas, los hermanos Karamazov, todos hijos de Fiodor Pavlovich Karamazov, un hombre libertino y egoísta, que tiene tres hijos de dos diferentes esposas, más un cuarto hijo ilegítimo de una tercera mujer.
Mitia, es el hijo mayor, el más impulsivo de todos, Iván es intelectual y ateo, por contra Aliosha es muy religioso y bondadoso. Smerdiakov, el hijo ilegítimo trabaja como criado en la case del padre.
Fiodor, el padre y Mitia, entran en conflicto por dos motivos: dinero, al pedir el hijo la herencia de su mujer, y también de faldas, al estar los dos enamorados de la misma mujer, Grushenka, pese a que Mitia está comprometido con Katerina.
Mientras tanto, Iván y Aliosha discuten sobre religión, Aliosha pasa muchas horas en un convento, aprendiendo del starets (una especie de fraile tenido en consideración por la población) Zósima, donde aprende mucho de religión y a llevar una vida recta; pese a ello, Mitia se muestra mucho más escéptico, como muestra su relato «El Gran Inquisidor«, donde la leyenda negra española hace su aparición.
En la segunda parte del libro, el padre es asesinado en su casa, y el acusado es Dimitri, que había ido a pedirle dinero a su padre 3000 rublos para escaparse con Grushenka, por lo que tras ser detenido con sangre en su ropa y borracho, es llevado a juicio, que durará bastante tiempo, dejando al autor dudoso entre el posible autor, Dimitri o Smerdiakov, terminando por suicidarse este último.
También en la segunda parte aparece la figura de Ilushka, un niño del pueblo, del que se encariña Aliosha, aunque pese a sus cuidados muere, sin poder hacer nada.
Una gran novela con muchas reflexiones sobre la moralidad y la religión.