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Blog personal de José Ramón Martínez Pérez.

4 noviembre, 2005
por admin
4 comentarios

Castillo de Frankenstein


Que barbaridad, 3 días sin escribir, que conste que no fue por el pudding que me hice, que aunque salío mal, creo que de momento no he desarrollado ninguna infección gastrointestinal ni nada parecido. Es decir, cualquier parecido entre lo que hice y un pudding de chocolate de verdad es pura coincidencia.
Bueno, veamos que he hecho en estos últimos días, el miércoles no tuvo nada de especial, estuve por la mañana en clase de VLSI (la que es en inglés) y por la tarde estuve en clase de alemán que ya se había adecentado un poco, ya había menos gente y se podía seguir la clase con más normalidad y seguimos con el tema del Konjuktiv II, junto con más conversación y cosas de ese tipo.
Después por la noche haría algo, pero la verdad es que ya no me acuerdo. Menosmal que tengo el blog, si no perdería la cuenta hasta de lo que he visto y lo que he hecho.
Ayer fue más interesante: por la mañana tuve que ir al ayuntameinto, porque el día de antes me había llegado una carta diciéndome que tenía que ir a presentar el pasaporte, digo, bien problemas, eso es que no me he «anmeldado» bien y tengo que llevar el pasaporte, pero el pasaporte lo tengo en España porque se me olvidó cogerlo cuando me vine para acá (Para venir y residir en Alemania basta con el D.N.I.).
Total que fui y me dijeron que no hacía falta que resulta que la carta la habían mandado el mismo día que me había registrado en el ayuntamiento porque todavía no me había resgistrado pero que ha tardado unos días en llegarme y por eso la recibí tan tarde.
En fin, todo un alivio. Después como era temprano para ir a comer a la mensa estuve haciendo un recorrido turístico por todas las agencias de viajes que me encontraba para preguntar por los vuelos para España para la Navidad, vuelos Frankfurt – Málaga, porque los demás aeropuertos tienen peores conexiones y más caras (Ni hablar del nuevo aeropuerto de Jaén que nos han «hecho», tema del que hablaré más adelante)
Después de comer, Rubén nos comentó de ir a visitar el Castillo de Frankenstein, que es el de la imagen. Si, por lo visto la escritora de la novela vio este castillo y se inspiró en él para escribir la novela, así que me fui a la residencia a recoger la cámara de fotos y nos fuimos para allá, recogimos a José en Ludwigplatz, cogimos el tranvía y nos fuimos para allá. Yo creía que la ciudad era más pequeña, pero que va, es como todas las ciudades alemanas: 140.000 habitantes en casas o viviendas de 3-4 plantas, así que está muy «esparramada» (Si el DRAE recoge esparramar como la versión vulgar de desparramar).
Bueno, nos bajamos en la parada del tranvía que se llama «Frankenstein» o algo así y empezamos a preguntar para averiguar cómo se subía al castillo.
Al final nos indicaron que había dos caminos: por la carretera o por el bosque, y el del bosque tiene la ventaja de que es más corto y se sube antes, así que nos fuimos por el bosque, claro que en Alemania a las 5 y media ya empieza a anochecer, pues a mitad del camino estaba el bosque oscuro. Menos mal que no salió el monstruo de Frankenstein (ji, ji, ji)
Total que cuando llegamos al castillo nos quedamos sorprendidos: El castillo es ahora un restaurante y lo utilizan para hacer fiestas, la última fue en Halloween. La página web del restaurante es ésta.
En fin, después del chasco nos bajamos por la carretera que estaba más iluminada porque ya si que era noche cerrada (aunque eran las 6) y no hubiera habido manera de volverse por el bosque.
Cuando llegamos a la civilización volvimos a coger el tranvía aunque salimos dos paradas más arriba de la que nos habíamos bajado. En fin, que aprovechamos para ir al cine de la universidad que pusieron «Die Fetten Jahre sind vorbei». La página oficial es ésta y la ficha en imdb es ésta. Me parece que en España la estrenaron como «Los educadores», y la traducción literal del título, más o menos, vendría a decir que «Los buenos años están contados» o algo así, pero no me hagáis mucho caso porque creo que es una frase hecha en alemán y tampoco estoy todavía muy suelto en alemán.
La película estuvo bastante bien, salía un actor que también salía en Good bye Lenin (imdb) y estuvo entretenida, claro que el problema del alemán, pues ahí está ¿no?, o sea que no se entendía muy bien, pero es una cosa curiosa, para ser una película alemana salían:

  • El protagonista con una camiseta de esas verdes del ejército de tierra de España, esas que tienen el escudo del águila con la espada.
  • En la furgoneta una pegatina de un toro de Osborne
  • Un avión de Iberia despegando
  • El otro protagonista viaja a España y despierta a su amigo con un «Hola, ¿Qué tal amigo?
  • Al final viajan a España y le dice una camarera «¿Limpio la habitación?» y le responde la protagonista «You don’t have to clean the room»
  • Cogen un yate español en el puerto.

Curioso ¿no?
Bueno, después nos fuimos al pub «Latin» que daban los premios de todos las tonterías que hemos hecho los Erasmus las dos primeras semanas, evidentemente todos los grupos en los que yo he estado no se llevaron ningún premio.
Y después como ya era tarde, pues a la residencia a la cama.
Hoy por la mañana hemos quedado con la que fue la profesora de alemán las dos primeras semanas de Erasmus, porque se quedó muy contenta a la par que impresionada de la cena que organizamos el otro día.
Hemos ido a tomar un café, aunque un montón de compañeros no han venido (bien porque se acostaron ayer tarde o porque tenían clase), y hemos ido sólo Noel, Alex (el australiano y yo).
Después hemos ido a comer y después a comer cuatro cosas de necesidades básicas (entre ellas unos cordones para los zapatos que se me habían roto… curioso, pero en una tienda de los «20 duros» he encontrado los cordones, esperemos que me sirvan).