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Blog personal de José Ramón Martínez Pérez.

22 febrero, 2006
por admin
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Buscando otra cámara


Antes de nada, advertir que la cámara no es para mí, yo con la Olympus SP 500 tengo bastante, pero hoy he estado hablando con Jordi (el de Maspujols) y me ha comentado que se quería comprar una nueva cámara y no sabía que modelos ni nada, así que me ha pedido consejo para comprarse una nueva cámara (Lo cual es bastante peligroso, el pedirme consejo, pero vamos, una vez advertido, hemos proseguido).
Así que hemos ido a la tienda de fotografía y hemos estado preguntando. Más o menos, lo que busca es una cámara del segmento de la Nikon Coolpix 7900 (Sobre 7 MP, aunque tampoco pasa nada si tiene memos, que para qué quiere uno tanto MP, zoom óptico de 3x, etc.)
En fin, tampoco ninguna cosa del otro mundo, pero luego pasa lo que pasa, y es que en la tienda se ponen a sacar cámaras y es el cuento de nunca acabar.
Otros modelos que nos han enseñado y también nos han gustado son la Olympus Mu 600, ésta con 6 MP, zoom óptico de 3x, pero sin visor para hacer fotografías, lo cual a veces es importante, por ejemplo, cuando hay mucha luz y no se puede ver la pantalla o cuando a la cámara le quedan poca batería, etc.
Otra de las cámaras interesantes han sido una Canon, la Powershot A610, ésta con «sólo» 5 MP, aunque con un zoom óptico de 4x.
En fin, un follón, ha habido otros modelos pero éstos han sido los más importantes a ver ahora cual es el elegido.
Luego hemos ido a otra tienda de fotografía, pero nos han dicho que en ese segmento no tenían ninguna cámara (peor para ellos), y luego al Saturn (creo que ya he hablado otras veces de él), pero vamos es como una especie de Urende a lo alemán.
Allí hemos estado mirando cámaras, pero el problema de estos sitios es que son algo antiguas, con los precios antiguos, y claro, pues no salen competitivos, aunque yo he aprovechado y me he comprado un trípode de estos pequeños, para hacer pruebas, sobre todo para poder dejar la cámara apuntando a algún sitio y que haga fotografías (como la nueva cámara tiene esa opción), a ver que se me ocurre fotografíar…
En fin, a ver si alguien da algún consejo sobre alguna de las cámaras anteriores, o algún modelo nuevo similar.

22 febrero, 2006
por admin
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La flamenquinada


Bueno, ayer quería haber subido este comentario, pero bitacoras lleva unos días fallando más que una escopetilla caña, pero vamos, seguro que es para mejorar el funcionamiento, así que no hay que ponerse nerviosos.
El lunes hice «la flamenquinada», los primeros días que estuve aquí, hice un comentario respecto a los flamenquines, y todo el mundo se me quedó mirando con cara de póquer ¿Flamenquines? ¿Qué es eso? ¿Eso son San Jacobos?
En fin, así que ayer me decidí por invitar a algunos a cenar y dar a probar los flamenquines (por lo visto plato típico andaluz, que cosas).
Bien, vayamos por partes, el lunes ya no hubo clase (se han cortado para los exámenes, igual que en España), así que fui a comer a la Mensa y después me fui al supermercado a comprar los ingredientes, aunque algunos ya los había comprado.
En principio el menú iba a consistir en:
– Ensaladilla de patata, huevo y atún
– Flamenquines
Brownies, bueno, ésta no estaba preparada, pero los vi en el supermercado, no tenía pinta de ser difíciles de hacer, así que me animé a comprarlos.
Para hacer este menú ¿qué era necesario?, pues, patata, huevo y atún, fijo, luego para los flamenquines: carne de lomo de cerdo, ajo, perejil, pan rayado, huevo (para rebozar) y jamón (como aquí el jamón es una porquería se lo pedí a Elena que se trajo uno de España la última vez que estuvo), y para los Brownies, sorpresa: más huevos, agua y aceite de girasol. Tuve que comprar una botella de aceite de girasol, ?YO! ?UNO DE MARTOS!, ?Qué vergíenza!, la cosa es que era bastante rara, porque ponía Speiseíl, y como no sabía muy bien que era le pregunté a una muchacha del supermercado y me dijo que eso era aceite de girasol, en fin, que se le va a hacer.
Pues una vez con todos los ingredientes en las bolsas, a casa, a ponerse a hacer de Arguiñano.
Menos mal que se vino José (el de Córdoba), para ayudarme, que si no…
Empezamos por la ensaladilla, porque se suele tomar fría, así que pelamos las patatas, las pusimos a cocer, y mientras se cocían estuvimos haciendo el pastel, mezclamos todo en un bol, y al horno. Cuando estaban ya las patatas tiernas, las echamos en un bol, las mezclamos con atún, con los huevos duros, echamos aceite de oliva, un poco de vinagre, y ya está, ya tenemos la ensaladilla.
Como ya sólo quedaban los flamenquines, un par de llamadas, para que nos trajera Elena el jamón y Helena el mortero, con todas las piezas empezamos a hacer los flamenquines:
Se coge un filete de lomo de cerdo, se macea un poco para dejarlo muy fino (Cuando Elena me vio macear el filete, se me quedó mirando muy seria y me dijo ¿Seguro que sabes cómo se hacen? ¿Se lo has visto a alguien hacer así? ja, ja, ja) En fin, cuando están finos, se les unta ajo y perejil, que previamente habíamos machado en el mortero, una vez untados, se les pone la tira de jamón en un extremo y se lían.
Cuando están liados, se rebozan en pan rayado, luego en huevo y finalmente otra vez en pan rayado, y sale el resultado de la primera fotografía. Como esto era un poco laborioso hicimos una cadena: Yo los maceaba, Jose les untaba el ajo y el perejil y los liaba con el jamón, Helena los rebozaba con el pan rayado y Elena con el huevo.
Luego consiste en repetir este proceso con todos los filetes que se hayan comprado para obtener los ‘n’ flamenquines deseados.
Bien, y ya casi estamos por el final: Se cogen los flamenquines y se fríen (en aceite de oliva, claro), por cierto, cuando echamos el aceite para freir, Helena dijo «mmm, que bien huele este aceite», y es que el aceite de Jaén es mucho aceite (Todavía no he estrenado el que me traje de Martos en Navidades, así que estoy utilizando el que compré de Mancha Real, que para el caso viene a ser lo mismo).
En fin, luego se fríen (segunda fotografía) y el resultado son los flamenquines terminados y dispuestos para ser degustados (tercera fotografía).
A las 8 quedamos para comer, pero entre una cosa y otra (fundamentalmente la puntualidad española), empezamos a las 8:30, pero no hay problema, ahora eso sí, los flamenquines y la ensaladilla, vistos y no vistos, salieron 11 flamenquines para 9 personas, con lo cual quizás fuesen pocos, pero vamos como estaba la ensaladilla y el Brownie, pues digo, tampoco es cosa de que sobre comida y luego me tire toda la semana comiendo flamenquines, ja, ja, ja.
Lo que es la cocina: 3 horas haciendo la comida y luego se termina en 15 minutos, esto está muy desproporcionado…
La cosa es que todos dijeron que estaba muy bueno, lo cual puede significar dos cosas:
– Son unos pelotas y no me querían decir la verdad.
– De verdad estaban buenos y les gustó. (Veremos si repiten)
Por cierto, que no tenía desperdicio Jordi y Amelia que le llamaban a los flamenquines «flamenquinillos», o algo parecido, je, je, je.
En fin, para beber, apareció una sangría de no sé donde, ¿generación espontánea? yo había comprado cerveza, pero allí se quedó, y también saqué una botella de fino, a ver si alguien se animaba a probarlo, pero sólo se animó Rubén.
En fin, después de la cena, al Schlosskeller que había una fiesta organizada por Idea, los españoles llegamos los primeros ¿Quién lo iba a decir?, y luego fueron llegando más gente (incluyendo otros grupos de españoles), pero como era lunes, lo cerraron temprano. En fin, que fue un día bastante completo.
Y ayer, todo el día de resaca, y con eso y un bizcocho, ya hemos terminado la flamenquinada.
Prometo repetirla.