Ayer viernes fue un día de lo más curioso, por la tarde después de comer en la Mensa nos comentó Noel que necesitaba voluntarios para su proyecto: Había que probar una silla, en fin, siendo tarea tan complicada no le pudimos decir que no.
La verdad es que creo que ese ha sido el sueño de mucha gente, bueno, sobre todo el de probador de colchones de Flex, pero en fin, lo que había ahora era una silla y no se podía elegir.
El proyecto está enmarcado dentro de domótica, en este caso la construcción de oficinas inteligentes, y la silla va equipada con una serie de sensores que le pueden decir al administrador si el usuario (de la silla) está cansado, está atento, etc. (En función de la posición en la que se siente).
La cosa es que al final nos fuimos al Fraunhofer (Donde está haciendo el proyecto, es un instituto de investigación alemán que tiene muchas sedes repartidas por todo el país, una (o varias, no lo sé bien) de las cuales está en Darmstadt), ciento y la madre (le pedían que por lo menos lo hubieran probado 50 personas) y estuvimos probando la silla de la forma más ordenada posible. La prueba consistía en sentarse de medio lado, retrepado, normal, con la espalda inclinada hacia delante y con las piernas cruzadas.
En fin, yo creo que al final la cosa salió bastante bien (tampoco era muy complicado).
Después tocaba ir a acompañar a Jose (el de Córdoba) a comprar los billetes del tren para el lunes 27 de Febrero, que tenemos la idea de ir a Kíln (Colonia, por cierto interesante lo que dice la Wikipedia del museo del chocolate), además también coincide con el carnaval, así matamos dos pájaros de un tiro. En fin, los problemas que se presentan son variados, entre ellos: Somos 34 los que queremos ir a Colonia y que Colonia no está en la misma región que Darmstadt: Darmstadt está en Hessen, Colonia está en Renania del Norte-Westfalia y hay que pasar por la región de Renania-Palatinado. Bien, pues después de muchas consultas a la página del db, se llegó a la conclusión de que la opción más barata para viajar hasta Colonia era usar los «Landtickets», bien, me parece que ya había hablado del «Schonewochenendeticket», que consistía en un billete que te permite viajar por toda Alemania en trenes regionales, pero sólo es válido los fines de semana. Los días laborables hay otra opción que son los «Landtickets», es un billete que te permite viajar por toda la región en trenes regionales, con lo cual para ir hasta Colonia habría que comprar dos billetes para las regiones de «Renania del Norte-Westfalia» y otro para «Renania-Palatinado», como cada billete sirve para 5 personas, había que comprar 7 billetes: 7 (billetes) * 5 (personas/billete)= 35 personas, vamos matemáticas de 1? de E.G.B.
Total que fuimos a la estación de trenes, fuimos a la oficina donde venden los billetes y nos tocó con un muchacho joven (yo creo que sería algún becario o alguna cosa así) que parece que no tenía mucha idea, entre eso, y nuestro alemán que no era muy allá, le dijimos lo que quería hacer, puso cara muy rara, estuvo mirando el ordenador un rato, se fue, entró a hablar con su jefe, estuvo hablando con los dependientes que tenía al lado, y volvió y nos dijo que no se podía, que los «Landtickets», sólo se pueden comprar en sus respectivas regiones, lo cual nos dejó un poco contrariados, porque iba a ser un follón comprar los billetes, ya estábamos pensando que tendría que ir dos personas una hora antes que los demás para ir comprando los «Landtickets» y un follón; pero no, al salir vimos las máquinas automáticas y trasteando vimos que en las máquinas si que se podían comprar los billetes, en fin, que lo de la eficiencia española, no es sólo en España, en Alemania también tienen dependientes con torrija. Pero ¿cuál era el nuevo problema? Las máquinas sólo aceptan tarjetas de crédito y eso iba a ser un follón, sólo había una máquina que aceptaba billetes y monedas, pero para hacer la cosa más entretenida, no aceptaba billetes de 50 Euros (que eran los que llevábamos), total que estuvimos dando vueltas por los sitios que hay en la estación (tienda de golosinas, cafeterías, librería), y sólo pudimos cambiar un billete de 50 Euros, se ve que nos verían pinta de estafadores españoles y no se fiaban.
Total que dijmos, bueno, vamos a volver a entrar a la oficina y compramos los billetes a otro dependiente. Bien, nos tocó el dependiente de al lado, le explicamos lo que queríamos hacer, y el hombre se tiró otra media hora buscándonos una oferta mejor, hasta que al final vio que no había nada más barato (se lo explicábamos, pero tenía una cabecica…), y cuando nos iba a vender los billetes nos decía que eran 4 Euros más caro, lo cual hace 4 (Euros/billete) * 14 (billetes) = 56 Euros extra, lo cual no nos parecía buena idea.
En fin, pensando, pensando nos acordamos que en el Deutsche Bank del centro había una máquina para cambiar el dinero, así que cogimos un tranvía, nos fuimos hasta el centro, fuimos a la máquina, y después de trastear un rato, y ver como la utilizaba otra persona, nos enteramos que cambiaba billetes en monedas, no billetes en billetes, total que ya que estábamos allí, cambiamos los billetes en monedas, si no me acuerdo mal, llevábamos dos cartuchos de 50 Euros en monedas de 2 Euros, que para sorpresa mía eran todas de la nueva moneda conmemorativa del 2006, lo cual me vino muy bien, porque conseguí una nueva moneda de una ceca que no tenía (la letra ‘G’), en fin, al final cogimos de nuevo otro tranvía para ir hasta la estación de trenes con 50 monedas de 2 Euros, 25 monedas de 1 Euro, 40 monedas de 50 céntimos y 40 monedas de 20 céntimos, en total unos:
50 (monedas de 2 Euros) * 8,5 (gramos) = 425 gramos
25 (monedas de 1 Euro) * 7,5 (gramos) = 187,5 gramos
50 (monedas de 50 céntimos) * 7,8 (gramos) = 390 gramos
40 (monedas de 20 céntimos) * 5,74 (gramos) = 229,6 gramos
En total 1,2321 kilos de monedas en los bolsillos, en fin, no está mal, ahora, eso sí, cada cambio, cobraba la máquina 20 céntimos. En fin, nos volvimos a la estación, nos fuimos a la única máquina expendedora de billetes de tren que acepta monedas y billetes y empezamos a comprar los billetes del tren. La mujer encargada de ayudar a la gente con la máquina expendedora al principio puso cara sospechosa, pero cuando averiguó lo que intentábamos no se paraba de reir, en fin, normal, llegó un momento en que la máquina ya no aceptaba más monedas, nos devolvió las que llevábamos metidas, en fin, un auténtico espectáculo, pero al final conseguimos los 14 billetes de tren.
En fin, ahora estoy entendiendo eso de que los alemanes tienen la mente cuadriculada, desde luego, a nosotros nos tendrían que haber dado un premio a la solución más original…
25 febrero, 2006
por admin
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