30 junio, 2006
por admin
Sin comentarios
Si en febrero estaba comentando que no sabía que curso de alemán hacer y al final por cuál me decanté, ayer llegó a su fin el curso de alemán. La profesora, írsula nos comentó que el último día podíamos llevar comida típica de nuestros países, ponerla en común, y echar así el último día.
Así que dicho y hecho, ayer nos pusimos juntos varios de los españoles (Rubén, Roncal, Elena, Eva, Julio y yo), decidimos un menú y manos a la obra.
Para el postre, estaba claro: Brownie, pero ¿y para comer?
Bien, pues como son cosas típicas españolas, estaban:
– Tortilla de patatas
– Yo propuse flamenquines, y salmorejo, y como no había ninguna otra idea, al final hicimos flamenquines.
Rubén, además propuso hacer una «quesada«, que es un plato típico de Cantabria, que la verdad es que estuvo de lo más rico.
Luego vino la odisea: Llegar hasta donde era el curso de idiomas. Resulta que hay una feria en Darmstadt, y los tranvías no funcionan bien, y cosas de esas, en fin, follones. Además Elena había propuesto hacer una sangría y para ello había que comprar hielo en una gasolinera (Aquí en Alemania lo de comprar hielo no es muy normal). Total, que Elena y yo fuimos en bicicleta y los demás españoles fueron en autobús, que llegó media hora por el problema este.
En fin, cuando llegamos allí, ya había llegado casi todo el mundo, una italiana había llevado una pisa casera que estaba muy rica, una rusa una ensaladilla rusa (aunque creo que le llamaba distinta y no se parece a la ensaladilla rusa que hacen en España), había también muchos postres raros, arroz de un hindú que picaba, en fin, comidas típicas.
La verdad es que estuvo de lo más entretenido, también descubrí que un compañero de clase checo también es muy aficionado a la fotografía y que tiene una cámara Konica-Minolta reflex digital.
En fin, y luego, a eso de las 9 nos volvimos y decidimos pasarnos por la «Heinerfest».