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Blog personal de José Ramón Martínez Pérez.

28 noviembre, 2006
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Libro: Trilogía templaria I

trilogia templaria
Ayer me terminé el libro que me regaló Repiso: Trilogía Templaria I: Los falsos peregrinos. Me lo regaló a raíz de verme que me estaba leyendo otro libro de Nicholas Wilcox: La Lápida Templaria.
El libro es muy interesante, quizás tenga que reconocer que me gustó más el anterior, «La Lápida Templaria», aunque aún así es una novela muy buena, te mantiene en vilo hasta el final.
La novela trata de los templarios y la búsqueda del Arca de la Alianza, se desarrolla a principios del siglo XIV: Se acaba de perder Tierra Santa, la orden del Temple parece que no tiene más sentido que exista y todos quieren cargársela y repartírsela. Los templarios quieren buscar alguna forma de reflotar su orden, y que mejor forma que encontrando el Arca Alianza, que según la tradición es capaz de hacer ganar batallas a su poseedor sin tener que hacer nada más.
En la búsqueda no sólo aparecen templarios: como una especie de firma, vuelven a aparecer personajes de Arjona, y desde mi punto de vista uno de los mejores personajes del libro: Huevazos, el escudero de un muchacho que tiene que cumplir una promesa de su padre.
El muchacho y Huevazos acompañarán a los templarios en su búsqueda.
La verdad es que con el nombre nada más nos da un poco de idea de la guasa que va a tener el personaje: se dedicaba, entre otras muchas cosas, a hacer la comida para los demás, llegando algunos puntos que no podía parar de reir: Hay un capítulo en el que caza un animal cuya carne es venenosa, todos se ponen enfermos, menos él y un nativo le dice «en estos días, estoy viendo cosas que no he visto en mi vida, todo el mundo sabe que ese animal es venenoso, te lo digo y aún así lo cocinas, y lo que no entiendo es que todos tus amigos estén enfermos pero tú no».
En fin, magnífico…
Y tampoco cuento mucho más porque si no voy a reventar el libro. Muy interesante la novela. A ver ahora si consigo la segunda parte de la trilogía.

28 noviembre, 2006
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Papeles de Erasmus entregados

notas-alemania
Hoy (ténicamente ayer) lunes entregué los papeles de Erasmus, para que tardar más, si ya los tenía todos ¿verdad?
Así que nada, he ido a la oficina de relaciones internacionales de mi facultad, le he explicado que ya tenía las notas, me ha dado un formulario verde que tenía que rellenar y me ha dicho que lo tenía que acompañar del «learning agreement», del documento de credencial de Erasmus para que me pudiesen hacer la convalidación de las asignaturas, junto con las notas, una vez relleno el documento verde (era hacer un listado de las notas de Granada, de las notas de Alemania, con su correspondencia en créditos, tipo de asignaturas, etc.), he ido a que me lo firmase el coordinador de Erasmus de Electrónico (Francisco Gámiz), los ha firmado y con todo eso a la secretaría de la facultad.
Ahora a esperar que me convaliden las asignaturas, y con un poco de suerte, 5? entero aprobado, je, je, je.

28 noviembre, 2006
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Senderismo: Los Cahorros

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El domingo se organizó una excursión de senderismo en el Colegio Mayor, junto con el Santafé también; el destino, Los Cahorros, en Monachil, en pleno Parque Nacional de Sierra Nevada.
Así que nada, a las 9:30 salía el autobús desde el Paseo del Salón para Monachil, en menos de 20 minutos llegamos allí, aunque el autobús nos dejó a 1,5 km. de Monachil, aunque claro, ya puestos a andar, 1,5 km. más que menos da igual.
Nada más bajarnos del autobús el día no parecía que fuese a ser muy bueno: lluvia y mucha niebla que no permitía ver nada de los paisajes, vamos, lo mejor para un día de senderismo.
Nos fuimos dando un paseo hasta llegar a Monachil, desde allí continuamos por una carretera, hasta que llegamos a un bar, donde aprovechamos para desayunar, y desde donde partían varias rutas de senderismo.
Con la barriga llena, que siempre se agradece, y con ayuda del mapa que Pedrito llevaba empezamos a con nuestro paseo.
El primer destino que elegimos fue la central hidroeléctrica de Tranvías, y es que claro, aprovechando las diferencias de alturas y la gran cantidad de agua que hay en la sierra, es normal que a principios del siglo XX montaran estas centrales hidroeléctricas.
Desde allí deshicimos un poco el camino y volvimos a ir por el camino principal, camino de nuestro destino, que iba a ser una segunda central hidroeléctrica, la de «la Vega». Al principio el camino iba entre tierras de cultivos, con árboles de hoja perenne, cono los olivos, y otros de hoja caduca, lo cual daba unos colores a los paisajes bastante interesantes. Además debido a las diferencias de alturas y al curso de varios rios, también es curioso la cantidad de puentes (colgantes) que hay en la ruta. A partir del puente grande, el paisaje cambia por completo, aparecen cortados, un rio medio encauzado y la sierra propiamente dicha, desaparecen los cultivos y aparece monte bajo y algunos arboles por ahí desperdigados. La ruta continuaba siguiendo el curso del rio, pasando por algunas «grutas«, y algunos sitios algo angostos. El curso del rio tenía dos partes: la primera en un valle muy cerrado y con cortados bastante pronunciados y una segunda parte donde ya se habría mucho más y había mucho más espacio para ir.
Finalmente llegamos a la segunda central, que consistía en una casa con su valla y un perro guardándola… La verdad es que la primera central era más interesante, aunque no se pudiera visitar.
Luego a deshacer el camino, al volvernos, nos encontramos con otro grupo de excursionistas y la verdad es que llegó a haber momentos que eso parecía la Calle Recogidas, de la cantidad de gnete que había, y teniendonos que parar en algunos momentos donde el camino se hacía más angosto y había que ir más lento…Para la vuelta cogimos el margen contrario del rio, hasta una explanada en la que nos paramos a comer y volvimos a la ribera por la que habíamos ido.
La comida de bocadillos que nos habían preparado en el Colegio Mayor, y algún postre de Kit Kat que había preparado (soy así de previsor y en el supermercado no había Toblerone); y después, de nuevo de vuelta, siguiendo el curso del rio, cruzar el puente y llegada a Monachil. Además como el autobús pasaba cada dos horas, nos tocó otra vez la caminada de 1,5 km. hasta el sitio donde el autobús para cada hora.
Nosotros tardamos aproximadamente desde las 10 de la mañana hasta las 5 de la tarde, unas 5 horas, pero porque fuimos bastante lentos, a buen ritmo, en un par de horas se puede completar sin ningún problema y la dificultad, es baja, baja, vamos un paseíllo normal y corriente.
Y así llegamos a Granada. Una excursión de lo más interesante.