El otro día fui a una tienda a comprar una cosa, y se me ocurrió pagar con una moneda de 12 Euros que llevaba encima, y más o menos el diálogo fue este:
«- Hola, ¿aceptan monedas de 12 Euros?
– No
– Vale, ¿tiene por ahí el libro de quejas reclamaciones?
– Hombre, no te pongas así, espera a ver si lo arreglo…
(Llamada al banco…)
Vale, dame la moneda
– Muchas gracias.
– Adios
– Adios»
Y así se solucionó todo. Es curioso como se le cambió la cara al dependiente cuando escuchó la palabra «libro de quejas y reclamaciones». Y es que veo raro que la gente que trabaja en una tienda de cara al público no acepte las monedas de 12 Euros de plata, monedas que son de curso legal en todo el país. Es más, técnicamente, la moneda de plata tiene el respaldo del gobierno, igual que los billetes, más el respaldo de la plata, es decir, en caso de caos económico y derrumbe de la Unión Europea, los billetes no serían más que papel mojado y las monedas de plata seguirían teniendo un valor, que vendría de la propia plata. ?Y encima la gente se pone quisquillosa y no las quiere coger!, pero si son todo ventajas.
Vale, a lo mejor es una cosa un poco pijotera y es más raro pagar con una moneda de 12 Euros que un perro verde, pero a mí me gusta. Manías de numismáticos (o numísmatas).
3 marzo, 2007
por admin
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