Por la carretera que va de Alcaudete a Luque, cerca de la estación de Luque, en la parte derecha de la carretera se ven unos búnkers en lo alto de un cerro lleno de olivos.
Así que nada, a explorar, la subida al cerro es bastante fácil, basta con salirse de la carretera, entrar en un carril, y desde allí subir por un cerro labrado donde están los olivos hasta arriba.
Se componen de tres casamatas circulares y una cuarta casamata más larga, donde estarían los soldados y desde donde parten tres pasillos subterráneos para comunicarse con las casamatas circulares.
Estos búnkers son una construcción de la Guerra Civil española, y es que después del alzamiento, el frente se estabilizó entre Luque y Alcaudete (continuando un poco más al norte estaría entre Albendín y el Monte Lope álvarez, pedanía de Martos), quedando Luque en la zona nacional. Son íntegramente de hormigón, nada de hormigón armado, se ve que andaban mal de acero.
La finalidad fundamental de los búnkers sería proteger y vigilar la carretera y la vía del ferrocarril de posibles ataques que vinieran de la zona republicana.
Por cierto, que buscando por internet, hay mucha información, por ejemplo, un blog de Alcaudete de fotografía que tiene un reportaje, y hay algunas páginas con información monográfica de los bunkers, como ésta o esta otra.
En fin, esto si que son aplicaciones prácticas de la historia, 70 años a sus espaldas. Por cierto, que me recordaron mucho a los bunkers de Lopera, si bien los de Lopera están en mejor estado de conservación, aunque el central tiene el techo en parte derrumbado, cascotes que han llenado el interior y elevado en parte el nivel del suelo.
Curiosa es la construcción de los bunkers: en forma de cúpula, supongo que para repeler la posible explosión de un impacto de mortero o de artillería, el de los agujeros por el que disparaban, donde le daban al hormigón forma escalonada, para repeler las balas, o los agujeros por los que disparaban los soldados, desde dentro, y hasta la distribución de los orificios para disparar, para evitar que se disparan fuerzas amigas, pero poder protegerse en caso de que atacasen alguna de las casamatas de la instalación.