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Blog personal de José Ramón Martínez Pérez.

30 septiembre, 2007
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Nueva temporada de series

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Llega septiembre, y con septiembre el fin del verano, y la vuelta de las series a la televisión. Desde que empecé la carrera no veo mucho la televisión, y la verdad es que muchas de las series españolas que hay en televisión dejan mucho que desear, así que poco a poco me he ido aficionando a ver series americanas, dotadas de mucho más presupuesto, y personalmente más interesantes que muchas de las series españolas, mejor hechas, con mejores argumentos, mejores actores, etc.
Actualmente las series que sigo son:
Lost: Los supervivientes del accidente aéreo y sus aventuras en la isla, desgraciadamente, la cuarta temporada no se estrenará en U.S.A. hasta febrero del 2008, así que habrá que esperar. Llevo ya bastante tiempo enganchado a esta serie, me acuerdo que me enganché mientras estaba de Erasmus en Darmstadt… y desde entonces soy un fiel seguidor de esta serie.
Prison Break, a esta serie me enganché en el Colegio Mayor donde varios colegiales estaban viéndola. Ahora estrenan la tercera temporada, el primer capítulo se estrenó el 17 de septiembre y la emiten los lunes en U.S.A.
Mujeres Desesperadas: A esta serie no necesite que me enganchara nadie… leí algunas cosas por internet sobre esta comedia y la verdad es que es bastante divertida. La cuarta temporada comienza hoy 30 de septiembre (domingo).
House: Muy conocido también este socarrón médico, que ya va también por la cuarta temporada. El primer capítulo se estrenó el 25 de septiembre (martes) en U.S.A.
Heroes: Esta es una serie que no me llama mucho la atención, pero ya me ví el año pasado en el Colegio Mayor la primera temporada en exámenes… así que seguramente ya continúe viéndola. La segunda temporada empezó el 24 de septiembre (lunes) en U.S.A.
Roma: A esta serie me he enganchado hace bastante poco tiempo y voy todavía por el principio de la serie, aunque es muy interesante por el tema que trata y lo bien ambientadada que está. Leí una crítica en el blog de Historia clásica y seguí el consejo. De momento han hecho dos temporadas.
Los Simpons: La serie. Por antonomasia, el mejor producto de la tele. El 23 de septiembre estrenaron en U.S.A., ?la 19 temporada!, y aquí en España, como siempre un poco más atrasados, con un poco de suerte se estrenará la 18?.
Y con todas estas series, a ver de dónde saco yo tanto tiempo… Y eso que todavía quedan algunas series a las que todavía no me he enganchado, Anatomía de Grey y Jericho.

30 septiembre, 2007
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Firmware para Pentax

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Desde que me apunté al foro de pentaxeros he aprendido bastantes cosas de la cámara, curiosidades, objetivos, software de Pentax, información sobre los diferentes firmwares que hay…
Estaba buscando un disparador programado para la Pentax k10D, para hacer vídeos acelerados, así que buscando, buscando, en el foro me dieron la respuesta: El Pentax Remote Assistant, que se puede descargar de la página oficial de Pentax.
El problema es que el Pentax Remote Assistant necesita el firmware 1.3 instalado en la Pentax k10D, y yo nunca me había atrevido a actualizar el firmware.
En la misma página de Pentax está la información para descargarlo y actualizarlo.
Los diferentes firmwares que han salido para la Pentax k10D son:
– Versión 1.10: Fue la primera actualización del firmware y traía nuevas funcionalidades, algunas demandadas por los usuarios y corregía algunos fallos:
The following function has been added in version 1.10.
– Versión 1.11: Cambios en procesado en RAW para múltiples exposiciones y corregido pequeños detalles de la sincronización de flashes inalámbricos
– Versión 1.20: Utilización del Remote Assistant
– Versión 1.30: Utilización de los nuevos objetivos Pentax DA con enfoque ultrasónico.
Los pasos para actualizar el firmware son muy fáciles, aunque un poco peligrosos: Si durante el proceso de actualización se produce un fallo, la cámara queda inservible: Uno pasa a tener un pisapapeles extremadamente caro, así que hay que procesar con mucha cautela.
El proceso consiste en descargar el archivo, descomprimirlo y copiar el fichero .bin a una tarjeta SD vacía, insertar la tarjeta en la cámara, encenderla con el botón menú y seleccionar actualizar el firmware. El proceso dura unos 90 segundos hasta que finalmente aparece el texto «Complete». Entonces se puede apagar y retirar la tarjeta.
Pero lo dicho el proceso de actualización del firmware no deja de ser peligroso porque cualquier fallo deja la cámara inservible, y de hecho no sé si lo cubre la garantía, así que cada uno que corra a su cuenta y riesgo. Por ello es muy importante hacer el proceso de actualización del firmawre con la batería bien llena o con el adaptador de corriente.
Si alguien tiene preguntas sobre como actualizar el firmware, se puede pasar por el foro de pentaxeros.
Una vez actualizado el firmware, la conexión con el Pentax Remote Assistant es inmediata. Lo interesante es que te permite manejar la cámara desde el ordenador sin tener que mirar por el objetivo. Lo único que no actualiza es el visor (es una Reflex y normalmente tiene el espejo bajado, por lo que el sensor no recibe ninguna luz).
El programa detecta el modo actual de la cámara y permite cambiar los parámetros igual que si estuviésemos trabajando con la cámara directamente.
Luego tiene otros modos «avanzados» como son disparos programados, hasta un máximo de 99 fotografías y espaciadas desde un segundo hasta varias horas, disparo en modo B: se programa el tiempo para la fotografía en segundos o minutos y toma la fotografía, después de un retardo opcional.
Además las fotografías se almacenan directamente en el ordenador, sin pasar por la tarjeta.
En fin, interesante cacharrear con la cámara y ver la cantidad de funciones que suministra, aunque no exentas de riesgo.

28 septiembre, 2007
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Fin de las prácticas y vuelta a casa

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Bueno, pues tal y como todo estaba previsto, ya estoy tranquilamente descansando en casa.
El miércoles, tal y como estaba programador era el último día de las prácticas de este verano en Qimonda, así que sin mucha novedad, fui al trabajo, y terminé de hacer las cosillas que tenía pendiente: asegurarme de dejar accesible el trabajo que he estado haciendo, vaya a ser que luego lo pierdan, terminar de hacer la documentación, y sobre todo la burocracia para terminar las prácticas, ya se sabe, estos alemanes no hacen nada sin tener unos cuantos papeles que firmar.
En la comida en la cantina ya tocó despedirse un poco de algunos cuantos españoles, que se quedarán por ahí trabajando, para poder seguir pagando las autovías de España.
Y de vuelta a la oficina, lo mismo, una vez firmados todos los papeles, a seguir despidiéndose de unos y de otros, y es que al fin y al cabo, han sido tres meses en los que he esto muy agusto aquí, y además hay que ver la de actividades conjuntas que hemos hecho en el departamento: barbacoa, Oktoberfest, etc.
Así que nada, a eso de las cinco de la tarde, con los papeles entregados, despedido de todo el mundo y sin la tarjeta de acceso, dejé Qimonda, rumbo al centro de Múnich para hacer algunas compras de última hora para llevarse uno algunos recuerdos a casa.
Lo bueno es que hizo un tiempo de mil pares de demonios, lloviendo, haciendo frío y con aire, lo cual siempre es bueno a la hora de dejar Alemania.
Después, a casa, y a empezar a hacer la maleta, que el jueves no habría mucho tiempo para recoger. Esa noche llegó mi compañera de piso que había estado de vacaciones durante todo el verano y que también se va a cambiar de piso, así que no le podía dejar nada de las cosas que me sobraran…
Y además de hacer la maleta, tocaba limpiar la habitación y dejarla en estado de revista para luego poder cobrar la fianza. En fin, mucha tarea.
El jueves me levanté temprano, para que «no me pillara el toro», así que una vez duchado y desayunado, limpié el frigorífico, aproveché para hacerme un bocadillo para la comida (daba lástima tirar tanta comida), y recoger la ropa de la cama (que tampoco la quería nadie), fui a llamar al «Hausmeister«, algo así como el encargado de mantenimiento del edificio, el Willie de los Simpsons, vamos.
Y para mi sorpresa, el hombre dijo que no estaba limpio suficiente… que había polvo en los recovecos del radiador y en las repisas más altas… que la verdad es que ya es ser rebuscado. Así que al final me quedé ?una hora! limpiando toda la habitación en profundidad, me faltó haber cogido un cepillo de dientes para dejar la habitación brillante, brillante.
Finalmente la habitación se quedó lo suficientemente limpia como para que el Hausmeister me diera el visto bueno, y me firmó los papeles, le entregué la llave, y me quedaba sin casa en Múnich.
Sólo me quedaba recoger la fianza y volverme.
Cogí el metro hasta Haderner Stern y me fui hasta la Studentenwerk, y desde allí tirando de la maleta hasta la oficina de la Studentenwerk, allí me devolvieron la fianza y desde allí a coger el tranvía 18, hasta la estación de trenes. Allí cogí el S8 hasta el aeropuerto. Ya estaba a dos pasos de dejar Múnich.
Llegué con bastante antelación al aeropuerto, el vuelo salía a las 16:50 y todavía no eran ni las 13:00…
Así que con tranquilidad facturé el equipaje, me fui a comerme el bocadillo que me había preparado, me compré una Coca-Cola para beber algo, ?3 Eurazos!, y me me tí para dentro, para el área de embarque.
Allí tuve que matar un poco el tiempo, hasta las 16:20 que empezó el embarque, primero haciendo algunas fotos, luego echado, medio durmiendo, leyendo algo…
A las 16:50, con puntualidad alemana, el avión estaba ya dirigiéndose hacia la pista de despegue, y al poco en vuelo.
Me llamó un poco la atención que el vuelo fuera de LTU, cuando el billete era de Air-Berlín, pero como son un consorcio o algo así… En seguida nos dieron un pequeño bocadillo (queso o embutido) y algo de beber. O sea que las compañeras extranjeras, sí que siguen dando de comer…
Al poco me quedé dormido… me había levantado demasiado temprano, a las 17:30 llegamos a Málaga, con un tiempo envidiable, mucho calor para la ropa que llevábamos.
Y luego un par de horicas de coche hasta Martos.
Total, que ?ya estoy en casa!

27 septiembre, 2007
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Oktoberfest: Segundo día

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Ayer martes estuvimos en la Oktoberfest, por segundo día consecutivo, además fue también el último día de trabajo para Fernando, Sofía y Almudena.
Así que repetimos la operación del día anterior: salimos temprano del trabajo y nos fuimos directamente para la Oktoberfest.
Esta vez el plan, en teoría sería ir a la caseta «Hippodrom», porque después llegarían más compañeros de la empresa, unos cuantos con una invitación de la empresa, y otros para sentarse en alguna de las mesas.
Pero no fue tan fácil… Yo llegué primero con Sofía y Almudena y conseguimos entrar, aunque no fue muy fácil porque la caseta estaba muy llena y estaban pidiendo invitaciones. El problema fue que cuando entramos, todas las mesas estaban o estarían reservadas en media hora… ?Vaya chasco!, lo cual no impidió que nos sentásemos en una de las mesas por un rato, momento en el que nos sirvieron… una Maí, para variar.
Al rato intento entrar Fernando, pero ya era demasiado tarde y se tuvo que quedar en la puerta, hasta que llegaron más compañeros del trabajo con refuerzos y consiguieron entrar por una puerta lateral. Aunque fue del todo inútil, porque no había mesas libres, a nosotros ya nos habían echado de la que teníamos, y después de un rato de intentar buscar mesa, decidimos cambiar de sitio.
Como cosa curiosa, mientras estábamos allí, llego un cantante, relativamente conocido en Austria y en Alemania, y al que todo el mundo empezó a vitorear, y levantar las jarras… Aunque la verdad es que a mí no me sonaba de nada.
El siguiente destino que intentamos fue la Paulaner, intento que fue totalmente infructuoso, y después de probar otra caseta, decidimos hacer un cambio de planes radical: Viendo que estaba lloviendo, y que todo el mundo estaba dentro de las casetas (los Biergarten estaban cerrados), iba a ser difícil encontrar sitio, así que al final decidimos ir a un restaurante cerca de Theresienwiese, allí la situación no era mucho mejor, lleno hasta arriba, pero por lo menos encontramos sitio, y aunque el camarero no tenía ni pizca de gracia, por lo menos pudimos cenar, y aprovechar para despedirnos. Y por supuesto, para hacernos una foto de grupo. Y luego de vuelta a casica, que algunos tendrían que volar, y otros volver al trabajo.

26 septiembre, 2007
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Primer día en la Oktoberfest

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El lunes, después del tremendo éxito de la presentación, nos comentaron los compañeros de la oficina de ir a la Oktoberfest, así que dicho y hecho. A las 4 dejábamos el trabajo aparcado, y rumbo a la Oktoberfest.
Después de coger un S-Bahn, un U-Bahn, ir andando un trozo y esperar a otro de los compañeros de la oficina que llegó un poco tarde, empezamos a darnos una vuelta por todo el bullicio del «Wiesn», y a buscar una caseta que nos gustara.
Pensamos en entrar en la Líwenbrau, pero a uno de los compañeros no le gustaba esa cerveza, que ya es ser profesional, la verdad, así que nos fuimos a una de las casetas de Paulaner, en concreto, a ésta que tiene una torre con una jarra en lo alto que da vueltas.
Nos sentamos en la parte de fuera de la caseta, aprovechando que hacía buen tiempo, la parte de fuera es algo así como un Biergarten, pero en la Oktoberfest.
Y claro, lo primero que nos pedimos… una cerveza, una Maí (no hay otro tamaño, los compañeros del trabajo nos dijeron en broma que no hay cervezas para niños, je, je, je), y a brindar con ella… ?Prost!
Después de un rato, empezamos a pedir Bretzel, y algún que otro pollo, que es la comida típica de la Oktoberfest. (Alcohol, Sal y Grasa, lo mejor para la salud, je, je, je).
Después entré en la caseta para echarle un vistazo a ver como era por dentro. Son casetas como las que puedan haber en las ferias de España, pero pensadas para albergar a varios miles de personas, con varias zonas, algunas más separadas. En el centro suele haber una orquesta tocando para dar ambiente. Y sobre todo, mucha cerveza, y muchas camareras llevando muchas cervezas juntas de un lado para otro.
Cuando nos cansamos de estar en esta caseta, nos cambiamos a otra, también de Paulaner, con un nombre un tanto gracioso «Armbrustschutzelt», que no sé muy bien como traducir, aprovechando que teníamos unos tickets para comida y cerveza.
Allí conocimos a dos sudamericanos que estaban en una mesa reservada por una empresa pero que ya habían terminado así que nos cedieron el sitio, amablemente, y allí nos pusimos a tomarnos también otras cervecicas fresquitas.
Ahí ya fue cuando a algunos se les fue la cabeza…y se pusieron a bailar encima de los bancos, pero no pasa nada, en muchas casetas está permitido. Lo que sí que está prohibido es bailar encima de las mesas.
Y cuando ya se hizo un poco tarde, a casa a descansar, que el martes había que trabajar de todas formas…