Aprovechando que estábamos por tierras gaditanas de boda, el viernes aprovechamos para dar una vuelta por Cádiz, que nunca la había visto.
Entrando a Cádiz por el istmo que la une a la península se van viendo a los lados a la gente marisqueando, y es que el pescaíto es algo que está muy presente en la vida de los gaditanos.
Más adelante se empiezan a ver las grúas gigantescas de Navantia, los astilleros de Cádiz y el Puente Carranza.
Y al poco ya entra uno en Cádiz propiamente dicho, aunque todavía queda un buen trecho hasta que se entra por Puerta Tierra en el casco antiguo de la ciudad. Al verla se me vino a la cabeza la novela de Pérez Galdós «Trafalgar», puesto el protagonista comenzó a criarse jugando en Puerta Tierra.
Finalmente nos bajamos cerca de la Plaza de España, empezando a hacer turismo. En la Plaza de España se encuentra el monumento a la constitución de 1812, a «la Pepa»
Cusiosas son también las casas que hay en la zona: La Plaza de España está junto al puerto, y en las casas hay unas torrecillas: Estas torrecillas eran las que utilizaban los comerciantes para ver cuando llegaban los barcos de las colonias para lanzarse a ser los primeros en comprar las cosas que traían los barcos.
Después poco a poco nos fuimos acercando al Museo Arqueológico de Cádiz, donde amablemente nos permitieron hacer fotografías. Allí se pueden ver algunas de las piezas más emblemáticas: los sarcófagos antropomorfos o la escultura de Trajano. Al ver los sarcófagos antropomorfos me acordé de la exposición que visitamos en Frankfurt hace tiempo donde tenían varios sarcófagos fenicios expuestos.
Y después del museo estuvimos callejeando por el casco antiguo, cruzando Cádiz hasta llegar a la Catedral. El casco antiguo me recordó mucho al barrio que hay en Granada detrás de la plaza de Gracia: Muchas callejuelas muy estrechas, con casas / bloques de pisos bajitos, de dos o tres alturas y un poco abandonados.
La catedral es un tanto curiosa: la parte baja está construída con piedra ostionera de la zona, más oscura que el marmol utilizado en la parte superior.
Subimos a la torre de Poniente, desde la que hay unas vistas panorámicas de la ciudad realmente impresionantes. Muy curiosas las vistas, viendo como el mar rodea por completo a Cádiz, casi en los 360?, el puerto, las casas con sus terrazas,…
Como era tarde decidimos irnos a comer, por la zona de la alameda, por supuesto, un poco más de pescaíto.
Por la tarde el plan era seguir paseando, así que lo primero que estuvimos viendo fue el mar junto a la ciudad y los muros fortificados, llenos de garitas, y es que estos piratas ingleses eran malos, malos…
Cogimos también un autobús turístico para ver rápidamente alguno de los edificios más señalados que faltaban por ver de una manera rápida.
Pasándonos desde el centro, hasta la playa de la Caleta, pasando por Puerta Tierra y alejándonos del casco antiguo, teniendo unas vistas muy bonitas del casco antiguo, de la catedral, o del Castillo de San Sebastián, para volver al centro, en total algo menos de una hora.
Y para rematar, seguir paseando por el centro, desde la alameda, viendo de nuevo las fortificaciones de la costa, llegado a una iglesia con boda incluída, y paseando paseando por el casco antiguo, nos encontramos con el Gran Teatro Falla, donde son los carnavales que luego echan por la televisión.
Y poco más, estábamos ya cansados, así que cogimos el camino de vuelta, y aprovechando la cámara hice algunas fotografías nocturnas de algunas cosillas.
En fin, Cádiz, una ciudad bonica, merece la pena visitarla, y disfrutarla.
17 octubre, 2007
por admin
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