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Blog personal de José Ramón Martínez Pérez.

18 diciembre, 2007
por admin
4 comentarios

Casa rural en Torres

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Tal y como dije, este fin de semana estuvimos en una casa rural en Torres, de todas las que encontramos, al final nos decantamos por el cortijo «Los Fresnos«, pero todavía faltaba la crónica del fin de semana.
Después de comprar, el primero que se fue para recoger las llaves fue Iván que se llevó a Mario y a María, los demás tuvimos que esperar las diferentes combinaciones que habían: Yo me fui con Paniza y con Emilio cuando cerraron sus respectivos negocios (ventajas de ser sus propios jefes). Llegamos a la primera, más o menos, por la autovía de Martos a Jaén y luego por la de Jaén a Mancha Real, cogiendo la carretera hasta Torres, que no es precisamente muy buena. Ya cerca de Torres se podía admirar el pueblo en medio de la sierra.
Después de algunos problemas para encontrar la casa (nos pasamos un poco de largo y no veíamos ningún cortijo con luz); resulta que el cortijo está al lado de un asador, finalmente preguntando en el asador pudimos encontrar el cortijo.
Y a empezar a descargar todas las bolsas que llevábamos en el maletero, pero todavía no podíamos cenar: Joaquín tendría que llegar con las bolsas con el pan…
Así que aprovechamos para ver las habitaciones, la decoración de cortijo antiguo, las camas, un cortijo muy bonito, muy bien cuidado, que combina a la perfección lo antiguo con lo moderno.
Nada más llegar Joaquín con Inma llegó la hora de cenar: algunas tapillas para no calentanos la cabeza y por supuesto, huevos de codorniz con un poco de tocino son su pan. ?El milagro anticolesterol!
Y después nos tomamos algunas cosas fresquitar y para matar el rato, no se nos ocurrió otra cosa mejor más que jugar al Tabú.
Cuando nos cansamos de jugar empezamos a jugar con estos juegos de adivinanzas raros, empezando por los de Paniza y terminando por el mío del país misterioso sin perros pero con gatos, hasta que terminé hartándolos a todos y nos fuimos a dormir para coger fuerza para el siguiente día.
El sábado no madrugamos mucho precisamente, hasta las 11 ó las 12 no vimos la luz; recogimos un poco, desyunamos y esperamos un poco a que llegase Dani que no pudo venir el viernes porque tenía mucho trabajo.
Una vez que nos juntamos todos decidimos dar un paseo por la sierra, que hay que compaginarlo todo. Cogimos los coches para subir hasta Fuenmayor, allí los dejamos aparcados y empezamos a caminar por la sierra, buscando la casacada de Zurreón. Muy bonitas las vistas desde la sierra, los árboles, «la catarata«, y por supuesto una foto de grupo.
Volvimos a la casa un poco tarde, pero aún así había que comer, así que nuestro chef particular, Dani, se puso a hacernos un arroz fenómeno, aunque hicimos más cosillas de tapillas: tortilla de patatas con atún, que duró bastante poco y es que estaba todo buenísimo (comimos para las 6 de la tarde, poco más o menos). Después un poco de sobremesa y unos Pacharanes fresquitos.
A las 9 (de la noche) llegó la hora de merendar (si son unos horarios un poco raros), así que Iván y Dani se pusieron a hacer torrijas.
Luego para entretenernos sacamos una baraja de cartas y nos pusimos a jugar un poco a las cartas, hara la hora de la cena, las 12 de la noche, poco más o menos. Un poco de comida anti-colesterol: morcilla, chorizos, pinchitos, panceta y también unas gambas a la plancha gracias a Inma.
Después también nos quedamos jugando un rato, al Tabú y a otras cosas, muy bueno fue el juego del «Psicólogo» con Iván que se quedó más despistado…
Lo mejor vino a la hora de irse a la cama… ?Aparecieron fantasmas! ?Habían cambiado las sábanas de sitio! ¿Quién pudo ser? ¿Un fantasma? ¿Un visitante furtivo?
Menos mal que al final todos pudimos dormir a pierna suelta.
El domingo tampoco madrugamos mucho, como el sábado, poco más o menos, y al poco de desyaunar y recoger nos pusimos a pelar patatas y cebollas para hacer una buena sartenada de patatas a lo pobre, que también fue visto y no visto lo que duraron los platos de patatas.
Y después a recoger y vuelta a Martos, que el fin de semana había pasado.
Desde luego no sé si fue un fin de semana en una casa rural o un fin de semana de jornadas gastronómicas.