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Blog personal de José Ramón Martínez Pérez.

11 mayo, 2008
por admin
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Rubén en Martos

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Y llegó el Viernes, el día que tenía Rubén y Tania para conocer Martos, en principio no era cuestión de matarse a madrugar, después, que al fin y al cabo estábamos de vacaciones, así que quedamos a las 9 y lo primero que hicimos fue irnos a la Fuente Nueva para desayunar unos churricos con su chocolate (Rubén prefirió los churros a unas tostadas). Debido a un problema técnico Rubén y yo nos pusimos las botas y nos comimos churros para tres entre los dos…
Después de coger fuerzas estuvimos viendo la Fuente Nueva, y los edificios que hay allí: la portada barroca de la iglesia de San Francisco y los edificios modernistas de la zona. Desde allí subimos por el Albollón para ir viendo las casas que hay por allí, algunas de ellas muy estropeadas, pero a las que nadie parece hacerles caso. Cuando llegamos a lo alto, pasamos a la calle Real para ver la iglesia de las Trinitarias, allí nos encontramos con un entierro, por lo que no tuvimos mucho tiempo de pararnos.
Después subimos al Ayuntamiento, les enseñé el zócalo lateral lleno de inscripciones latinas y la portada renacentista de Francisco del Castillo, para pasarnos a la iglesia de Santa Marta y ver su portada gótica, el campanario renacentista y el interior, que fue reformado por Francisco del Castillo en el siglo XVI también. Estuvimos viendo también la capilla de Nuestro Padre Jesús, cuyo estado no deja de empeorar y desgraciadamente, sigue sin recibir la restauración que necesita.
Después de ver la Plaza de la Constitución, subimos a la Virgen de la Villa, para admirar las vistas que se ven desde allí de Martos, aunque se puso a llover y poco pudimos ver, la verdad es que como dijo Tania, la visita parecía más bien a Escocia, más que a Andalucía. Nos cobijamos en el interior de la Virgen de la Villa, para verla, descansar y esperar que escampara un poco.
Fuimos a la torre del Homenaje que está cerca, y en la que se pueden otras vistas de Martos, aunque no la pudimos visitar por dentro porque para verla creo que hay que solicitarlo.
Vista esta zona de Martos nos bajamos por la calle la Fuente hasta San Amador, aunque pasamos antes a ver la casa de la «Gota de Leche», zona desde la que se ve una vista muy bonita de la fortaleza baja que había en Martos.
Al llegar a San Amador, vimos que había obra y además, acababa de ser la celebración del santo (el pasado lunes fue San Amador), así que vimos que el párroco, el Padre Albert se acercó a nosotros, aunque en cuanto me vio me reconoció, y amablemente nos enseñó toda la parroquia, nos llevó a la sacristía y nos llevó a ver al Santo «en persona». Nos contó que el pobre hombre estaba medio aburrido y que la asistencia del barrio a misa era prácticamente nula. En fin, toda una lástima, pero la verdad es que se portó muy bien con nosotros enseñándonos toda la iglesia en detalle.
Después bajamos para la Fuente Nueva por la calle Huertas y la calle Fuente del Baño. Allí nos pilló un chaparrón que tuvimos que hacer una pequeña parada.
Continuamos por la Calle Carrera y bajando por el Paseo para ir al parque y tomar algunas cosillas, esta vez en Los Arcos. Allí pedimos algunas cosas que no conocían: paté de perdiz, mojama o lomo de orza. ?Qué rico todo!
Después dimos una vuelta por el parque hasta llegar al Pilar de la Fuente Nueva y desde allí nos fuimos para casa, a recoger las cosas y preparar para llevarlos a Jaén.
Como todavía era buena hora, decidí enseñarles el Castillo de Víboras que sabía que le iba a gustar a Rubén, que todavía me acuerdo cuando estábamos en Darmstadt y cogíamos las bicicletas para irnos a ver castillos que estaban en medio del bosque… ?Qué buenos recuerdos!
Y efectivamente, después de subir el cerro de olivos, Rubén decidió subir todos los riscos para entrar en el patio de armas del castillo y le gustó muchísimo. A ver si organizo alguna excursión con los amiguetes de Martos algún día.
Y despúes, bastante justos de tiempo salimos para Jaén para coger el autobús de Madrid de las 6 de la tarde que pudieron pillar por los pelos, habían estado en Jaén exactamente 23 horas.
Espero que les haya gustado Jaén, sus olivos y que haya sido buen anfitrión. Ahora me toca ir de visita a Zúrich.