Hace un par de viernes que Joaquín nos invitó a pasar la noche en su cortijo: Una cena ligerita, light, con cosas frías que teníamos que llevar cada uno de casa, y luego echar un ratillo en el campo, así que dicho y hecho.
Aunque con un poco de retraso, conseguí llegar llevando el brownie que había hecho en casa, aunque todavía no le tenía muy cogido el tranquillo al horno y allí estaban ya todos y la mesa puesta, que oportuno para llegar.
Allí nos juntamos un montón, los que estamos en Martos, y algunos que vinieron de fuera: de Sevilla, de Madrid, de Málaga, en fin, todo sea por pasar un buen rato.
Entre las cosas que habíamos llevado había de todo: Tortilla de patatas de Joaquín, de Inma, philadelphia con atún o con salmón, papatas bravas de Pedro, Salmorejo, queso, jamón, lomo, un montón de cosas, y de postre, tarta de queso de María y por supuesto mi brownie.
Después nos quedamos un rato, Pedro nos amenizó con su guitarra, y cuando nos aburrios decidimos ir a dar una vuelta por el campo, a oscuras, por supuesto, aunque la gente no estaba por la labor y duramos poco.
Al amanecer unas vistas en la lejanía muy bonitas de Martos y de la orujera.
A la mañana siguiente un desayuno que pudimos comprar en el Monte y vuelta para casa, aunque Mario se puso malo… al final lo tuvieron que operar de una muela mala.
12 agosto, 2008
por admin
3 comentarios