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Blog personal de José Ramón Martínez Pérez.

13 agosto, 2009
por admin
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The Man in the High Castle

The Man in the High Castle
Ayer terminé de leerme esta novela de Philip K. Dick, el mismo autor que «Blade Runner«. Esta novela es del año 1962 y ganó el premio Hugo de Ciencia Ficción, como «Encuentro con Rama«.
La novela es de Ciencia-Ficción, aunque yo lo llamaría más propiamente «Historia-Ficción»: Plantea un mundo paralelo en el cual las potencias del eje han ganado la II Guerra Mundial y se han repartido el mundo, de forma análoga a como pasara en la realidad con los aliados.
Alemania tiene la supremacía tecnológica (ha lanzado ya misiones espaciales tripuladas a la Luna, a Marte y a Venus), tiene vuelos regulares entre las principales ciudades del mundo con cohetes, lo cual permite cruzar el mundo en unos 45 minutos.
Alemania controla Europa, áfrica, donde ha hecho una limpieza étnica, parte de Asia y parte de América. El Mediterráneo ha sido desecado para aumentar las tierras de cultivo. Por supuesto Japón se ha quedado con parte de Asia y parte de América.
La novela se desarrolla en el territorio actual que se corresondería con EE.UU.: Alemania posee la costa atlántica, Japón la costa pacífica y en medio existe una especie de EE.UU., que actúa como colchón entre las dos potencias. (Algo análogo a lo que pasó con la ocupación aliada de Alemania al acabar la II Guerra Mundial).
Por su parte Japón hace una ocupación mucho más «sutil»: muy interesados por la cultura local, se encargan de transmitir las tradiciones entre los distintos pueblos bajo su gobierno y muy preocupados por la espiritualidad de todo.
En este territorio la novela cuenta historias de varios personajes: japoneses, americanos y alemanes que se van entrecruzando: historias de espías, historias de personas normales que intentan encontrar su sitio, altos funcionarios japoneses, etc.
Todos tienen en común una cosa: Han leído la novela «La Langosta se ha posado», una novela de ciencia-ficción escrita por un escritor (que dice que vive en el castillo), y que presenta una historia paralela dentro de la novela en la cual los aliados (fundamentalmente Inglaterra) han ganado la II Guerra Mundial. Libro que por supuesto está prohibido en Alemania y en su zona de influencia.
La novela es entretenida, si bien no la pude encontrar en español en ebay (en la casa del libro sí que la vendían), así que al final me la compré en inglés por ebay, algunas zonas me han parecido un poco más lentas (la que se refieren a las historias particulares de los protagonistas) y otras partes mucho más interesantes (las historias de espías).
Desde luego, una novela que marcó todo un hito dentro de la Ciencia-Ficción, recomendable, especialmente traducida al español, lo cual hará más sencilla y rápida su lectura.

13 agosto, 2009
por admin
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Jueves: Primer día en el puerto

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El jueves fue el día para empezar las mini-vacaciones en el puerto: De Jueves a Lunes. A las 16:30 quedamos en lo de Carlos con el equipaje para salir en dirección al Puerto. El viaje lo hicimos rapidísimo, en un abrir y cerrar de ojos estábamos en el Puerto – vamos, que me quedé durmiendo.
Entramos al Puerto, después de alguna vuelta, pasando por la carretera de Jerez, y sin saber muy bien como, gracias a las indicaciones «digitales» de Manuel Jesús encontramos la carretera de Valdelagrana y tras evitar un par de direcciones prohibidas llegamos al Hotel.
Aparcamos en el Hotel y descargamos el equipaje, tomando posesión de las habitaciones. ?Ya estábamos de vacaciones!
Así que después de arreglarnos un poco, salimos a dar una vuelta por el paseo marítimo buscando un sitio para cenar. Al final terminamos en la «Bodeguita Jerezana», donde empezamos a pedir unas raciones de boquerones en vinagre, ensaladilla rusa, puntillitas, jamón (algo de cerdo siempre tiene que haber para que sea comida) y por supuesto algo de manzanilla. Después buscamos una terraza en el puerto para tomar una copilla y en taxi al centro, al Puerto propiamente dicho.
En el centro, por las calles cerca de donde está el Vaporcito hay muchos pubs y bares, y allí estuvimos probando de uno en otro, hasta que fuimos a parar a la discoteca «Mucho Teatro«. Allí, yo decidí volverme porque tenía sueño (había sido un día bastante largo), aunque los demás decidieron quedarse y terminar la noche por todo lo alto.