El sábado pasado, Urbita, después de varios meses de insitirme, consiguió convencerme para que saliera un día con él con la bicicleta. El recorrido estaba ya fijado desde hace bastante tiempo: El Centenillo, un poblado minero que se encuentra en plena Sierra Morena, cerca de La Carolina.
A las 8 salí de Martos en coche, para llegar a Linares sobre las 9 que era la hora a la que teníamos pensado salir. Además, estrenando nuestras nuevas equipaciones. Allí estaban esperándome ya Urbita, su padre y dos compañeros de su club ciclista.
Salimos por una carretera de Linares que pasa por la Garza (donde está el campo de golf), pasando por las aldeas de la Fernandina, viendo de lejos las colas del pantano y de Isabela para llegar a la Carolina, allí cruzamos la autovía por un puente y nos metimos de lleno en la carretera de Sierra Morena, unas subidas, unas bajadas y llegamos al primer poblado de Los Guindos, y luego venía lo bueno, la subida al Centenillo, 5 kilómetros con subidas sin parar, donde pasamos desde los 440 metros a los 840 metros, y con los últimos kilómetros sin bajar del 8%. Nada mal. Llegamos al Centenillo y paramos en un bar para desayunar: Una buena tostada con su aceite, su tomate y su jamón para tener energía para volver: Llevábamos ya 45 km.
Aunque para llegar hay que subir, la vuelta no es fácil: Hay dos subidas: La de los Guindos que se hace llevadera y la de La Carolina, que se hace más dura por los kilómetros que ya llevamos en las piernas. Menos mal que desde la Carolina hasta Linares es, más o menos bajando, deshaciendo el camino. A la vuelta se levantaron las nubes que había a primera hora de la mañana y pudimos disfrutar del bonito paisaje de sierra, y monte bajo de los alrededores de Linares.
Una etapa de ciclismo muy bonita, dura, y diferente a los paisajes que hay por la zona de Martos. Al final, 90 kilómetros en 4 horas y media y 1600 metros de ascensión acumulada, quemando 3200 kilocalorías, ahí es nada.
3 abril, 2010
por admin
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