En el viaje que hice el mes pasado a Suiza todavía me quedaba por escribir del tercer día, que fue también el último. Después de visitar Ginebra y Lausana, el tercer día fuimos a visitar algo diferente: El Castillo de Chillón, situado exactamente en la otra punta del lago Lemán respecto a Ginebra.
Así que después de consultar los horarios de los trenes y como llegar, salimos de la estación de trenes de Lausana, cogimos un tren regional, que nos llevó hasta un apeadero de un pequeño pueblo (Territet), donde hicimos un trasbordo, cambiando a un barco (se pagaba aparte y se paga dentro del mismo), que nos dejó en el mismo castillo.
Para visitar el castillo hay que pagar la entrada, más las opcionales audio-guías interesantes si quieres saber qué es lo que ves en cada sala y la historia del castillo.
Las primeras salas que se visitan son las galerías inferiores, construídas directametne sobre la piedra, que servían como bodega (y cuando hacía falta hasta como cárceles) para el resto del castillo. En algunas columnas hay incluso «grafitis» de presos y visitantes posteriores del castillo. El más conocido de todos es de Lord Byron.
Volviendo a la superficie, se visitan ya patios y habitaciones construídas ya «más altas», pasando por salones, comedores, dormitorios y todas con grandes chimeneas. En esta época en que no tenían calefacción,… aunque los romanos años antes si que tuvieran calefacciones…
Interesante es una de las capillas que se visita con sus frescos bastante bien conservados. Después de visitar unos salones dedicados a la administración del castillo, se tiene la oportunidad de recorrer al paseo de guardia: La zona donde los soldados patrullaban el castillo, y antes de terminar la visita, la oportunidad (voluntaria) de subir a la Torre del Homenaje desde donde se disfruta de unas bonitas vistas del lago y los pueblos de alrededor.
El castillo tiene muchas partes restauradas, aunque la restauración comenzó a finales del siglo XIX y se terminó prácticamente de restaurar en los años 40, y su punto estratégico residía en controlar las rutas comerciales al norte de los Alpes, fueron dueños los condes de Savoya (desde el siglo XI), para cambiar posteriormente (1475) a manos de Berna, hasta que poco a poco fue perdiendo su importancia militar y pasó a ser posesión de Vaud.
Castillo de Chillón
18 junio, 2010 | Sin comentarios