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Blog personal de José Ramón Martínez Pérez.

24 agosto, 2010
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El Médico de Ifni

El Médico de Ifni
Otro de los libros que compré en la Librería Alcaná fue «El Médico de Ifni», del escritor «Javier Reverte«, un escritor del que había oído hablar a Repiso varias veces en Granada, y que está especializado en escribir libros sobre viajes.
La novela es del 2005 y se desarrolla en la actualidad: Clara, una joven de 28 años recibe un buen día una extraña visita de un miembro del Frente Polisario de Madrid: Su padre ha muerto. Clara nunca llegó a conocer a su padre y su madre tampoco hablaba de ella, y ahora que que intenta saber algo sobre él, se cierra en redondo. Sólo le queda preguntarle a un hermano de su padre al que conoció una vez de pequeña y le dio la única foto que tiene de su padre. Su tío resulta ser un militar anciano y retirado que le cuenta lo que sabe de la historia de su padre: Fue un militar médico que estuvo destinado en Ifni, donde tuvo una relación con una saharaui de la cual nació un niño. Posteriormente, cuando Ifni es entregada a Marruecos es destinado al Sáhara, lo que no impide que siga viajando hasta Ifni para visitar a su familia. Posteriormente conocería a la que fue su mujer y con la que tuvo a su hija Clara.
Clara además es lesbiana, fruto de su odio hacia a los hombres, quizás por nunca haber tenido una figura paternal, decide ir hasta Ifni para buscar a su hermano; allí conoce a la tía del muchacho, que fue la que lo crió tras la muerte en el parto de la madre. Allí le sigue contando cosas sobre su padre y lo pone en la pista de su hermano: Tendrá que ir a los campos de refugiados de Argelia en la búsqueda de su hermano. Vuelve a España a continuar con su vida como responsable de una galería de arte y junto a su amante, para continuar con posterioridad el viaje hasta Argelia en el que tendrá oportunidad de conocer a su nueva familia y leer un diario muy detallado que le refleja la personalidad del padre: Un romántico, que vende su alma por el desierto y que es obligado a traicionar a los saharauis por un oficial español al que le debía favores, y que cuando llega el momento de abandonar el Sahara, el decide traicionar a su país y emprender la huída con los Saharuis hacia el desierto.
Reverte es un escritor sobre viajes, por eso esta novela se centra tanto en viajes, una historia a veces interesante, me gustó la del padre, pero no la de la hija, algunas secciones son puro relleno y completamente fuera de la trama principal, así como una prosa demasiado descriptiva, pero en algunos sitios me pareció un tanto pobre.
Muy fácil y corta de leer, es interesante el punto de vista que el escritor ofrece sobre el conflicto saharaui y la posición española en el conflicto, en los últimos 30 años.

24 agosto, 2010
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Tercer día de turismo en Dresde

Hofkirche de noche
El domingo fue el tercer y último día del fin de semana que mi hermana pasó en Dresde haciendo turismo. Sin madrugar mucho, nos fuimos otra vez para el centro para ver algunas cosillas que se nos quedaron el viernes en el tintero. Fuimos a la Kreuzkirche, y luego a la Hofkirche para visitarla por dentro.
Después aproveché para ir a visitar la Semperoper que yo todavía no había visto por dentro. El horario es hasta las 4 de la tarde, así que aprovechamos para ir por la mañana, se entra directamente por la derecha, y dentro se paga ya la entrada.
Lo que se ve a día de hoy de la Semperoper es el fruto de la restauración que se llevó a cabo en los años 80 y la reapertura que tuvo lugar en 1986, en tiempos de la DDR. La entrada cuesta unos 4 Euros y para poder hacer fotografías hay que pagar un plus de 2 Euros; aunque merece la pena ver el interior tan decorado, así como el escenario y el patio de butacas
Después, era ya era hora de comer, y antes de que fuese más tarde, que siempre puede ser un problema en Alemania el intentar comer a una hora española, nos fuimos para el «Sophienkeller«, que está justo enfrente del Zwinger. Después de disfrutar unos ricos platos alemanes, para ir bajando la comida, y después de descansar bastante, fuimos dándonos un paseo hasta la estación de trenes de Neustadt, pasando antes por el Zwinger.
En la estación de trenes cogimos un autobús para ir a Moritzburg, para visitar el palacio, y pasear un poco por los jardines del palacio.
De vuelta a Dresde, intentamos ir a la lechería Pfunds, aunque cerraba a las 6 y estaba ya más que cerrada; así que desde allí sólo nos quedó volvernos para casa, antes de que terminase de anochecer. Fuimos dando un paseo desde Neustadt, hasta la escultura del caballero dorado. Allí paramos en una heladería para tomar algo, porque tampoco teníamos mucha hambre.
Y luego tranquilamente nos dimos una vuelta por la terraza de Brí?hl; aproveché para hacer algunas fotografías nocturnas.
Y luego vuelta para la residencia, el lunes sería día de regreso para ella, y de trabajo para mí.