El sábado, después de levantarnos a las tantas, fui con Jose a dar un avuelta por Darmstadt, recordando los sitios que frecuentaba cuando yo estuve por allí de Erasmus. Después de desayunar salimos de casa y nos fuimos dando un paseo hasta la iglesia católica de Darmstadt, la de St. Ludwig, construída para una de las duquesas de Hessen que era de Baviera.
Nos bajamos para Luisenplatz y fuimos andando hacia el palacio, con tranquilidad, buscando el nuevo palacio de congresos de Darmstadt: El Darmstadtium, que cuando yo estaba allí estaba todavía en obras. Estaba abierto porque estarían celebrando alguna cosa, así que entramos y lo recorrimos de punta a punta, saliendo por la parte trasera, que está cerca del Instituto Fraunhofer de Darmstadt.
Desde allí seguimos andando, fuimos a mi antigua facultad de Elektrotechnik y seguimos paseando, hasta llegar al Alice Hospital, que ahora está en obras, pero que donde operaron a Virginia de Apendicitis, y aprovechamos para comer por la zona en un restaurante italiano.
Después de comer y descansar un poco seguimos nuestro paseo, continuando por la calle hasta llegar a la Hochzeitsturm y a la capillta ortodoxa.
Después continuamos hasta Karlshof, la residencia de estudiantes por donde pasamos casi todos los Erasmus. Entramos por el edificio 6 y subimos para ver las vistas, los edificios restaurados, habían quitado las pintadas que había, cambiado los colores de los edificios, en fin, muchos cambios.
Fuimos a saludar a Carlos, que nos invitó a cenar, antes de pasarme por mi antigua habitación para ver como estaba ahora.
Nos volvimos para el centro donde habíamos quedado con Keso, una de las chicas georgianas que todavía sigue por Darmstadt y fuimos a tomarnos un helado.
Después de hablar, se nos hizo tarde y llegó la hora de cenar, así que volvimos a deshacer el camino, otra vez a Karlshof, para descubrir, los manjares al estilo español que nos habían preparado Carlos e Irene.
Carlos e Irene tenían que madrugar porque tenían que ir a la Universidad el domingo, así que después de cenar, Jose y yo nos volvimos para el centro. Intentamos quedar con Sombrero, mítico Erasmus donde los haya, pero llegamos demasiado tarde y ya se había ido, así que fuimos al Krone a tomarnos una cervecilla antes de volvernos a dormir.