El pasado viernes estuve viendo «Scarface«, de Brian De Palma de 1983.
La película comienza con unas imágenes reales de los suscesos de éxodo de Mariel, en la que una gran cantidad de cubanos tuvieron el permiso de abandonar Cuba, para establecerse la mayor parte de ellos en Florida. Castro aprovechó para deshacerse también de «elementos indeseables», o delincuentes comunes. Este es el caso del protagonista de la película, «Tony Montana», (Al Pacino) que tras llegar a EE.UU., y ser interrogado por la policía es enviado a un campo de internamiento en espera de que alguien se haga cargo de ellos.
Aquí consiguen su primer encarg: Cargarse a un ex-jerarca cubano, Rebenga, que se encuentra en el mismo campo de internamiento. Rebenga perdió la confianza de Castro, por lo que fue enviado a una cárcel y ha aprovechado la posibilidad para emigrar a EE.UU. Cumplen con su encargo y se les abre la oportunidad de abandonar el campo de internamiento; empezando con trabajos basura mal remunerados, aunque poco a poco consigue meterse en el mundo del crimen: Tráfico de drogas, empezando bajo el amparo de un gran traficante, López que tiene por pareja a una jovencísima Michelle Pfeiffer (Elvira Hancock), de la que se enamora Tony nada más verla por primera vez.
Aunque parece que su suerte ha cambiado y ahora comienza a tener éxito, intenta reencontrarse con su madre y su hermana en Florida, aunque la madre sigue sin fiarse de su hijo al imaginarse la procedencia del dinero.
Con López empieza a hacer negocios, y pronto muestra mucha inciativa, más que los propios lugartenientes de López. Cierra un negocio en Bolivia por un suministro constante de 200 kilos de cocaína con un importe de varios millones de dólares. Empieza a hacer negocios a los grandes y a no necesitar a López, teniendo roces constantemente con él, en especial a causa de Elvira, con la que terminará casando cuando sus negocios alcanzan su cota más alta: Bancos que lavan millones de dólares semanalmente, una casa-palacio con los más modernos sistemas de seguridad (de la época), aunque todo poco a poco comienza a venirse abajo cuando contraviniendo algunas de las normas que le daría López al principio de sus negocios, comienza a consumir su propia cocaína, y a desconfiar de todos los que están a su alrededor, perseguido por la policía por evasión de impuestos, e incapaz de llevar a cabo un encargo de sus amigos bolivianos.
Una interesante película sobre el mundo del crimen en Florida en los años 80, emigrantes cubanos, redes, mafias orgaizadas; un tema recurrente en los tres directores de origen italiano, Brian De Palma, Martin Scorsese y Coppola.
Y sobre la interpretación de Al Pacino, poco que decir, en cada situación, sabe mostrase e identificarse plenamente con el personaje, desde un emigrante chulesco en el interrogatorio, un gangster novato pero ambicioso, un drogadicto paranoico,…
26 septiembre, 2010
por admin
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