El otro domingo (ya hace 3 semanas), cogí la bicicleta por hacer un poco de deporte, y esta vez tocó la de montaña, para no hacer ninguna ruta complicada o desconocida, subí a la Grana, por la ruta «convencional», los primeros kilómetros de asfalto, luego la parte de carril de tierra, el pilar del marchante, y las últimas subidas hasta que se corona la sierra.
Cuando llegué a todo lo alto, decidí aventurarme por el carril que sale a la izquierda, y que nunca habíamos cogido: Sólo con ver la rampa, se le quitaban a uno las ganas, con una inclinación de hasta el 25 %, pero el esfuerzo merecía la pena. Cuando se pasa la rampa inicial, se llega a una mesetilla, en la que hay algunos restos de construcciones, caminos que bajan por otras zonas de la Grana y un mirador. Y es que las sierras que se pueden apreciar, desde los 1200 metros de altitud del pico, son bastantes: Desde í?beda y Baeza, hasta la Pandera, la Caracolera, la Ahíllos, Sierra Nevada,…
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Y una vez fotografiado todo, vuelta para Martos: bajé la Grana en dirección hacia Jamilena, salí a la ermita y bajé por la carretera de la ermita, crucé el pueblo, en dirección a Torredonjimeno (en cuyo tránsito me llené por completo de barro). Una vez allí ya enganché con la vía verde y rumbo a Martos, que llegaba tarde.
Al final, 37 kilómetros, en dos horas y media y 774 metros de ascensión, quemando en total 1900 kilocalorías. No está mal.
Vértice geodésico de la Grana
1 enero, 2011 | 1 comentario
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