El otro día aproveché un ratillo para ver esta película protagonizada por Anthony Hopkins del año 2007 y dirigida por Gregory Hoblit, un director que empezó con sus primeras obras en la televisión.
Anthony Hopkins es Ted Crawford, un inteligente y rico ingeniero aeronaútico, que descubre que su mujer, Jennifer Crawford (Embeth Davidtz), le está engañando con un policía, Robert Nunally (Billy Burke), por lo que decide tomarse la justicia por su mano, no sin antes tomar sus precauciones.
Aparentemente un caso de lo más sencillo: Asesinada en su casa, y con una confesión de por medio, el joven abogado, de la oficina del fiscal, Willy Beachum (Ryan Gosling) decide hacerse cargo del caso. Joven brillante, abrumado por sus éxitos es justo el momento en el que está a punto de dar un importante salto en su carrera al cambiar de empresa. Crawford es el que esconde sus ases en su manga, y no dejará que lo juzguen con tanta simplicidad.
Una película ligera, sin muchas pretensiones, y donde destaca la interpretación de Hopkins. Entretenida, pero no mucho más.