El otro día, mientras imprimía, con mi relativamente nueva impresora Epson R285, se paró y un fuerte olor a componente electrónico quemado inundó la habitación… Mala seña… En efecto, la impresora no volvió a funcionar, ¿Algún pico de tensión? o lo que fuese había roto algún circuito. Algo menos de 3 años ha durado la impresora.
Teniendo el coste que tiene reparar estos aparatos y el coste de una impresora nueva, no me lo pensé dos veces y empecé a buscar en el catálogo on-line de Epson por una impresora de prestaciones parecidas.
Así que después de mirar los productos de Epson, vi que había muchas multifunción (con escáner incorporado) que no necesito y otras, que me sorprendieron, incluían wi-fi como nueva conectividad de la impresora. Eso permite que la impresora pueda estar en otra habitación en la que está el ordenador y sin necesidad de estar conectada a ningún ordenador pueda imprimir. Algo bastante novedoso, aunque también algo más caro.
Al final decidí comprarme la P50, y cuando la recogí en la tienda (PC-Coste) en el Morys y la desembalé en casa, me sorprendí al ver que era… exactamente la misma impresora que la R285: Misma caracasa, mismos plásticos, mismo emplazamiento de los botones; sólo algunas diferencias en los colores, pero del mismo tamaño.
Hasta 5760 x 1440 puntos por pulgada de resolución y una velocidad aceptable para imprimir pequeños documentos y fotografías. Me decidí por esta impresora porque estaba muy contento con la calidad de las impresiones que tenía con la antigua. ¿Si va bien, por qué probar algo nuevo?
14 abril, 2012
por admin
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