Esta semana estuve leyéndome «Los Santos Inocentes», una de las novelas más famosas de Miguel Delibes, e igualmente llevada al cine con mucho éxito por el director Mario Camús.
Cuenta la retrasada situación de una familia de trabajadores del campo extremeño en una gran finca de un noble en la época de mediados del siglo XX: Paco «el Chato», uno de los hombres de confianza del marqués, al que tiene en gran estima por sus habilidades como ayudante para la caza, su mujer, Regúla, una hija con deficiencia, Quirce, el hijo mayor de Paco y Azarías, el hermano de Régula y también con un retraso.
El relato es atroz, exponiendo las penurias y las condiciones tan rudimentarias de sus vidas, siempre supeditadas a las de sus jefes. Azarías un retrasado de casi 60 años, y aficionado a adiestrar pájaros, Paco, siempre al lado del marqués a la hora de cazar, aunque en claro sólo saca desgracias. Las ansias de prosperar para sus hijos, entran siempre en contraposición con los intereses de los marqueses, más interesados en mantener el status quo y la mano de obra en las condiciones en las que están.
Unas condiciones muy precarias y frente a las que aparentemente nadie parece rebelarse; ni siquiera los propios campesinos, manteniendo un status quo, frente a la precaria situación de unos frente a la opulencia de otros; casi sin ser tratados como personas, olvidados e ignorados por unos y otros, que sólo interesan por sus habilidades y sin apenas saber leer o escribir.
Un relato atroz y duro de la situación del campo español de hace 50 años.
30 junio, 2012
por admin
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