Este fin de semana terminé de leerme «El Lector de Julio Verne«, la última novela de «Almudena Grandes«, por el momento, y perteneciente a la colección «Episodios de una Guerra Interminable», dedicados a la posguerra española.
Esta novela me la recomendó una amiga, y me llamó la atención porque se desarrollaba en Fuensanta de Martos. El protagonista es Nino, un niño de 9 años, hijo de un Guardia Civil que se cría en una Casa Cuartel, en pleno centro de la Sierra Sur de Jaén, comenzando su historia en 1947, en un viaje junto a su madre a Almería a visitar a sus familiares, donde no entiende porque es apartado por sus propios primos.
En Fuensanta, Nino conoce al «Portugués», un joven que llega a la ciudad y de la que se hace amigo; que vive apartado del pueblo, en un viejo molino en la sierra.
Poco a poco, los bandidos que se han subido a la sierra escapando de la Guardia Civil se vuelven más activos, y la novela nos va constando historias de la Sierra Sur: Desde la captura de Cencerro, hasta el descubrimiento de una vida que le estaba por venir, la historia de su familia, precisamente pertenecientes al bando perdedor y en el que que su padre por azar del destino ha pasado a pertenecer al bando ganador.
El papel de la Guardia Civil no queda bien parado del todo, aunque la escritoria intente justificar su comportamiento debido a la cadena de mando, no deja de mostrar injusticias y excesos.
Nino tiene oportunidad de recibir clases de una mestra republica represaliada, enamorarse de su nieta, y de ver los avances de la «guerrilla», hasta intentar escapar del país, en busca del exilio.
Una novela guerracivilionista, revisionista, que pretende hacer pasar por luchadores de la libertad a los que en muchos casos no pasaron de ser bandidos al margen de la ley.
9 junio, 2013
por admin
Sin comentarios