Este fin de semana, justo después de aterrizar de Múnich tenía una boda familiar en Alcalá de Henares; así que aprovechando que ya andaba por allí me fui directamente desde Barajas hasta Alcalá; y después de comer esperé a que fuera llegando la familia.
Por la noche; ya con muchos primos fuimos a cenar a una Cruz Blanca; cerca de un rascacielos que hay en Alcalá de Henares; para así ir reencontrándonos entre todos y poniéndonos un poco al día.
El sábado por la mañana aprovechamos para dar una vuelta por el casco antiguo de Alcalá; una ciudad sorprendente, que pese a ser relativamente pequeña (200.000 habitantes); alberga interesantes sitios que visitar; y eso me pasa por no haberle hecho caso antes a Elena, que tanto hablaba de su Complutum. Desde el centro fuimos dando un paseo por una avenida llena de antiguos conventos reconvertidos en colegios mayores o en el Parador de Turismo de Alcalá; para desviarnos luego por la plaza del Ayuntamiento que desemboca en la Universidad Cisneriana de Alcalá; con una espectacular portada renacentista. Desde allí fuimos buscando la calle mayor, por donde llegamos hasta la casa natal de D. Miguel de Cervantes; donde aprovechamos para echarnos alguna fotografía haciendo el tonto.
Desde allí nos fuimos paseando buscando el Museo Arqueológico Regional; donde destacan los restos romanos de la antigua villa de Complutum y una exposición temporal de escultura y cerámica griega.
Ya, cerca de la hora de ir al hotel para arreglarse para la boda; paramos a comer en el Parador y nos fuimos directamente al hotel a ducharnos y vestirnos.
La boda fue a primera hora de la tarde en la Catedral-Magistral de los Santos Niños Justo y Pastor; un bello templo gótico isabelino .
Tras una bonita homilía nos volvimos al Hotel para la cena y el baile; acompañando a los recién casados; que incluso nos sorprendieron con unas notas musicales de su propio grupo musical.
¡Enhorabuena Álvaro y Arancha!