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Blog personal de José Ramón Martínez Pérez.

16 noviembre, 2016
por admin
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Dessafio 2016

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El pasado 1 de Octubre, después de 5 años de ausencia, entre unas cosas y otras, me convencieron en la oficina para que me apuntara al «Dessafio«, la carrera anual que organizan en la Sierra Sur de la provincia de Jaén.
Este año tuvo lugar el sábado 1 de Octubre, con salida desde el Castillo de Locubín; así que tempranico quedé con Miguel Ángel para irnos para allá; cada uno con su coche, por si acaso terminábamos a diferentes horas.
Miguel Ángel había recogido los dorsales, así que fue rápido entrar en cola para la salida; pasamos por el puesto de control, tras encontrarme con gente del Tosiria; así que nos agrupamos para ir conocidos juntos.
A las 9 daban la salida, y a pedalear en medio de la marabunta; yo dejé que se estirara el grupo para evitar aglomeraciones y posibles caídas; pero aún así al bajar desde el Castillo por la circunvalación hubo mucha gente que me adelantó al parar. Tras cruzar el puente para empezar a subir «La Camorra», vino el primer contratiempo: una enorme aglomeración de gente, que no se deshizo hasta la bajada; por lo que hubo que subir el primer repecho andando para evitar mayores problemas. Después fuimos buscando la carretera del Rigüelo para subir paralelos al Río Grande (Víboras), hasta llegar a la ermita de Chircales, bordearla y seguir subiendo hasta llegar a Valdepeñas, donde estaba el primer puesto de avituallamiento; aunque ya sin comida sólida (sólo plátanos, naranja y bebidas); emprendí la marcha, y antes de empezar a subir Navalayegua, había unos bocadillos de jamón en un puesto técnico. Hice la subida a Navalayegua tranquilo; intentando no pasar de 140 pulsaciones; aunque al tener las puertas abiertas de las vallas y no haber mucha aglomeración no hice mal tiempo para lo que estoy acostumbrado. La bajada de Navalayegua fue relativamente rápida; pasando junto al Quejigo del Amo; para luego desviarnos, buscando la Sierra del Trigo; antes de empezar la segunda gran subida del día había otro puesto de avituallamiento, también únicamente con fruta y bebidas.
Y venía la segunda subida del día: La subida hasta la Sierra del Trigo fue tranquila; empezando con poco desnivel, que poco a poco empezaba a incrementar y adelantando a la primera gente que ya se había bajado de la bicicleta. Hasta llegar a los aerogeneradores la subida pasa por una antigua carretera asfaltada de la que aún quedan restos.
Al coronar la sierra había otro puesto de avituallamiento, antes de comenzar la bajada; aunque a los pocos kilómetros volvimos a encontrarnos con pequeñas subidas, entrando de esta forma en la Sierra de Frailes. Tanto es así que la «bajada» fueron unos 20 kilómetros con algunas pequeñas subidas, que despues de llevar 80 km. empezaban a picar.
En Frailes por fin pude encontrar un avituallamiento con comida algo más sólida: Unos bocadillos con pan blando de jamon de york con queso; que no pude resistirme a comerme unos cuantos; antes de reemprender la marcha con Liébana del Club Ciclista. Salimos de Frailes por unos carriles entre los olivos buscando Alcalá la Real; ya sin mucho ganancia de altura; para encontrar ya el último punto de avituallamiento en Alcalá; antes de coger los senderos que bordear un parque para dejarse caer en Alcalá; cuando ya decidí salir de la carrera, cogiéndome un taxi para llegar hasta el Castillo, donde ya me encontré con el resto de amigos del Club y de Valeo; eran ya casi las 7 de la tarde, así que me fui directamente a comer; charlar un poco con los amigos, antes de volverme para Martos; saludando de paso a Gabino.
Al final, 97 km. en 8 horas y cuarto, con 3000 metros de ascensión; 5300 kilocalorías gastadas; cifras todas ellas de infarto, para una etapa de bicicleta de montaña.
¿Y el año próximo? ¿Se me habrá ya olvidado para volver a apuntarme?