Una de las ventajas que tiene Pelikan es lo fácil que es hacer bricolaje con ellas: Al ser «modulares» (El plumín va atornillado al cuerpo), pueden cambiarse con mucha facilidad.
El otro día encontré en una subasta un «Frankenstein»: Una Pelikan M200 a la que le correspondería un plumín de acero o como mucho uno de oro mono color. Sin embargo montaba un plumín bicolor, de los años 90; que sería el que montaría una M600 contemporánea o una M760.
Así que dicho y hecho; y a la colección.