Me gustan las recomendaciones cinéfilas de D. Arturo Pérez Reverte; porque siempre acierta también con mis gustos. Rojo y Negro fue una de ellas. En uno de sus últimos artículos sobre pícaros y truhanes, una de la película que recomendaba era «Los Ladrones somos Gente Honrada», del año 1956, dirigida por Pedro Luis Ramírez y protagonizada por José Luis Ozores (Castelar) , José Isbert (el tío del gabán) y Antonio Garisa (el Pelirrojo)
Estos tres forman un grupo de pequeños timadores que sobreviven en el Madrid de los años 50 con pequeños hurtos, hasta que un buen día vuelve a Madrid un antiguo compinche (Carlos Miguel Solá – el Melancólico) suyo que se ha estado refinando en América. Juntos intentan dar un golpe a lo grande en una joyería, donde por la iniciativa de los primeros entran en contacto con una rica familia de Madrid que a su vez quiere engañar a su sobrina, una rica heredera cubana que tras su paso por el internado va a heredar varias plantaciones de caña en la isla. (Anda que no han cambiado las cosas)
Ayudados de forma indirecta por los ladrones, se encargan, casi sin darse cuenta de deshacer el golpe, terminando casada con el melancólico.
Una genial y divertida comida, reflejo y espejo de una sociedad que dejaba atrás la dura posguerra y se enfrentaba a un futuro incierto con más posibilidades. Todo un retrato de época, aunque prefiero «Los Tramposos» de unos años más tarde.
Los Ladrones somos Gente Honrada
2 marzo, 2018 | Sin comentarios