El sábado, después de recoger a mi hermana en el aeropuerto y descansar, aprovechamos la cercanía de Viena y las buenas conexion por tren para irnos a Budapest; la otra ciudad que habíamos barajado era Bratislava; mientras que descartamos Praga por la distancia (más de 4 horas en tren). El trayecto Viena – Budapest eran poco más de dos horas en trenes convencionales. Se cogen en la estación de trenes de Viena y cada hora sale uno, alternando los servicios los ferrocarriles austriacos (ÖBB) y los húngaros. Salimos en un tren húngaro, que por desgracia tuvo algo más de una hora de retraso; aunque llegamos a Budapest, a buena hora antes del almuerzo. Nos fuimos dando un paseo con el equipaje hasta el piso que habíamos alquilado (vía Airbnb), le preguntamos a los inquilinos por algún sitio para almorzar y nos mandaron al centro, cerca de la catedral de Budapest; aunque sitios turísticos se veía muy ambientados y platos típicos húngaros, donde junto con el conocido gulash, también había carne y las consabidas patatas. Tras almorzar, Repiso y Adelina se volvieron al piso a descansar un poco con la niña, así que Sandra, María y yo nos quedamos dando una vuelta por la zona. Nos fuimos paseando hasta el parlamento, pasando por un parque donde está el monumento a la toma soviética de la ciudad durante la II Guerra Mundial así como un moderno (y polémico) monumento sobre la intervención alemana en Hungría durante la II Guerra Mundial.
Justo llegando a la Plaza donde está el Parlamento nos encontramos con un free tour; así que decidimos unirnos al grupo para continuar la visita con alguna explicación de un guía; deshaciendo parcialmente el camino: Parlamento – parque – monumento soviético, para ir luego hasta la explanda de la Catedral donde nos explicó un poco la historia del edificio y el curioso hecho de que allí está enterrado Pushkas, el legendario jugador de fútbol del Real Madrid. Continuamos paseando y cruzando de barrio hasta llegar a la sinagoga de Budapest.
Paramos para tomarnos un café y descansar un poco cuando llegó Repiso, y decidimos irnos a dar un paseo, cuando empezó a llover. Vimos unos cruceros por el Danubio, así que decidimos apuntarnos y dar una vuelta por el río; tras esperar un poco nos dieron una vuelta por el río; primero a favor de la corriente pasando junto a la fachada del Parlamento, para girar, contemplar el castillo de la otra orilla (parte de Pest), bastión de los pescadores, ver los puentes, el Hotel Gellert y volver al muelle de partida; y ya siendo bastante tarde, volvernos a la casa para cenar. Puesto que ya nos habíamos pateado la parte de Buda, el domingo tocaría la parte de Pest.
7 años después, volvía a Budapest.
Primer día en Budapest
20 octubre, 2018 | Sin comentarios