Estas Navidades terminé de leerme «La Invención de Morel«; una novela fantástica (en sus dos acepciones, tanto por su temática como por su calidad) escrita por el argentino Adolfo Bioy Casares en el ya lejano año 1940; mientras en Europa nos empeñábamos en matarnos entre nosotros.
El protagonista es un fugitivo de la justicia venezolana que recibe las indicaciones que puede huir de la justicia yendo a una isla semi desierta desde Rabaúl, siguiendo las instrucciones de un vendedor de alfombras italiano en la India.
Llega a la isla desierta y queda sorprendido al ver las construcciones tan modernas que hay en la isla: el museo, la capilla y una piscina; si bien el vive en la parte baja, sujeto a inundaciones debido a las mareas, no quiere interactuar directamente con los visitantes que aparecen y desaparecen esporádicamente en el museo. ¿Cuál es el origen de estos visitantes? ¿Qué hacen en la isla? Eso ira averiguando poco a poco el fugitivo en una sorprendente historia de corte fantástico.
Una novela corta y que me sorprendió muy gratamente, tanto por la temática como por su forma de retratarlo. Parece increíble que este relato de ciencia ficción sea de 1940 y procedente de Argentina; tan acostumbrados como estamos a tantos relatos de ciencia ficción viendo del mundo anglosajón.
La Invención de Morel
16 enero, 2019 | 3 comentarios
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