Bueno, tras pasar la resaca de la Boda, llegaba la vuelta a la normalidad. Como Sandra y yo, ya estábamos casados por lo civil, no tuvimos oportunidad de pedir el permiso por matrimonio; así que el lunes retomamos el trabajo. Además la luna de miel la íbamos a retrasar hasta Septiembre.
El jueves; que Sandra tenía el día libre por el calendario de turnos; así que aprovechó que conocía el camino para llevar a sus padres a Córdoba a visitar la ciudad. No sé exactamente dónde aparcaron; pero creo que se alejaron desde el centro; y desde allí empezaron su ruta turística. Llegaron a la Iglesia de San Lorenzo; una de las iglesias fernandidas, mandadas construir por Fernando III el Santo tras la reconquista de la ciudad en el siglo XIII.
Continuaron callejeando hasta llegar al Ayuntamiento, el Templo Romano así como la Plaza de la Corredera para bajar luego hasta el Río y visitar la Mezquita-Catedral; para luego irse a almorzar hasta el Mercado Victoria; para volvrse tras descansar un poco.
¡Qué dura es la vida del turista!