Antes de que se termine el tiempo de la vida; y habiendo ya hecho una pequeña visita de Martos y sus alrededores, no podíamos dejar de ir a hacer una pequeña visita a Málaga; la populosa Capital de la Costa del Sol, y siempre concurrida y cosmopolita.
Nos quedamos en el piso de mi hermana y dejamos el coche en un parking cercano para evitar problemas. Nos fuimos directamente a cenar al puerto y poder disfrutar de un paseo nocturno por la Calle Larios y el puerto.
El sábado temprano nos levantamos y nos dividimos en dos grupos: mujeres para ir de tiendas y hombres para pasear y vernos más tarde. El centro de Málaga tiene un centro comercial como el de cualquier gran ciudad europea; donde se puede encontrar casi cualquier tienda: maquillajes, ropa, joyas,…
Tras un buen paseo nos encontramos directamente en el Palmeral para continuar y subir a la parte alta del puerto para tomar un apetito, una cerveza y contemplar la salida del barco de Melilla.
Volvimos a la casa a cambiarnos y ponernos los bañadores para ir a refrescarnos un poco, y dando un paseo pasamos el puerto y nos quedamos en la Malagueta, donde comimos peces variados en un chiringuito para luego quedarnos tranquilos, descansando en la arena y cerca del agua; para volvernos a la casa a cenar y preparar algunas cosas del viaje a Rusia que aún estaban pendientes.
¡El domingo tocaba parada en Granada para celebrar el cumpleaños de Dulce!