Este fin de semana aproveche para ver una de las películas más llamativas del 2019 de ciencia ficción: Ad Astra, dirigida por James Gray y protagonizada por Brad Pitt en el papel del astronauta Roy McBride; un astronauta frío y profesional, capaz de hacer las misiones más complicadas sin que su ritmo cardiaco suba de 60.
Empieza la película con una misión en una gigantesca antena a varios kilómetros, pero sin entrar en órbita, lo que hace que a raíz de una sobrecarga eléctrica caiga al vacío, pero sea capaz de abrir el paracaídas. Llamado por el “SpaceCom”, le informan que la causa raíz de estas sobrecargas parece ser los restos de una antigua misión en la que estuvo involucrado su padre hace más de 20 años; la primera misión más allá del sistema solar; pero que quedó atrapada en Neptuno y llena de anti materia. La misión de Roy es hacer llegar una misión a la nave de su padre desde Marte; uno de los pocos radio enlaces (por láser) que no han sido dañados por las sobrecargas que están barriendo la Tierra.
Para llegar hasta Marte Roy es acompañado por el coronel Pruitt (Donald Sutherland) hasta la Luna en un vuelo regular, donde a través de unos roberts (inspirados en los de las misiones Apolo) llegan hasta el centro de lanzamientos en la cara oculta, tras un traslado movidito, incluyendo un ataque de piratas lunares. Donde parte en un transporte regular (esta vez sí del SpaceCom) hasta Marte, donde llegaron unos días después, tras alguna pequeña parada, como si un autobús fuera.
Una vez en Marte, tras grabar su mensaje, Roy decide continuar con la misión e intentar enlazar con la misión de su padre.
Una película entretenida; desde el punto de vista científico un tanto discutible. Muy alejado de aquella memorable 2001 de Kubrick; con algunos puntos de la trama y de la misión sin mucho sentido; al menos la reconstrucción de algunas naves si te meten bien en la película. Entretenida para todo buen aficionado a la ciencia ficción.
Ad Astra
28 enero, 2020 | Sin comentarios