24 abril, 2020
por admin
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Otra película que ha caído está cuarentena: Midway: Una superproducción de Hollywood basada en la batalla homónima de 1942, en la cual los estadounidenses consiguieron hundir 4 portaaviones japoneses frente a uno que perdieron y que cambió definitivamente el signo de la guerra en el Pacífico, lo cual tuvo una importancia crucial en el curso de la II Guerra Mundial y de la historia del siglo XX. En 1942, Estados Unidos aún no había sido capaz de reemplazar las pérdidas de Pearl Harbour ni de botar nuevos portaaviones, pero vayamos a la película.
El protagonista es Richard Halsey Best, un piloto se bombarderos en picado, interpretado por Ed Skrein, un piloto atrevido y avanzado que se sobreentrena en los vuelos de reconocimiento que hacen en los tiempos de paz tensa, con las relaciones con Japón cada vez más deteriorada y la guerra de Europa haciendo ruido en todo el mundo.
Embarcado en el Enterprise vuelve a Pearl Harbor justo tras el ataque del 9 de Diciembre tan solo para ver los acorazados estadounidenses hundidos y ahogados (Acorazados que la guerra en Europa estaba ya demostrando que se habían quedado obsoletos frente a los modernos métodos de la guerra). Mandaron una patrulla de reconocimiento buscando la flota japonesa; pero con los radiogoniómetros ni siquiera supieron discernir si estaban al norte o al sur.
La siguiente batalla en la que es enviado el Enterprise es la del Mar de Coral, en la que el portaaviones llegó tarde; tan solo para ver cómo se hundía el Lexington; tras regresar del «Raid de Doolittle»; el bombardeo que hicieron con bomarderos desde el portaviones Enterprise; una completa operación militar más orientada a subir la moral de la población estadounidense que a su escaso valor militar.
Pero por supuesto, el grueso de la película es la propia batalla de Midway: La llegada del nuevo Almirante Nimitz (Woody Harrelson) al mando de la flota del pacífico, que se enfrenta al Almirante Yamamoto; la obsesión del primero es acabar con la flota japonesa con sus portaaviones (en aquellos momentos tan sólo contaba con 3 portaaviones en el pacífico); y la obsesión del segundo acabar con los portaaviones estadounidenses tras el relativo fracaso de no haberlo hecho en el ataque a Pearl Harbor el año anterior. Con la gran investigación de los servicios de inteligencia de la marina; que consiguieron localizar el objetivo en clave como la isla de Midway; mediante la famosa operación de radiar que la isla tenía rota la desaladora; para que mandaran otra nueva; mensaje que radiaron las fuerzas japonesas como «el objetivo a atacar carece de agua». Eso le permitió a los estadounidenses jugar con ventaja y plantar ellos la batalla; llevando a los japoneses a su trampa. Tanto es así que incluso aconsejaron al director de cine John Ford que fuera a Midway para rodar; para ir así a sun sitio de acción.
Beast; jefe de la escuadra de los bombardeos en picado, se encarga de bombardear los portaaviones en japonesas en dos oleadas sucesivas; frente a las grandes pérdidas; tanto por las armas antiaéreas de la flota japonesa como de los propios cazas japoneses; si bien la mala estrategia de los japoneses a la hora de cambiar las armas de sus aviones (torpedos, bombas almacenados en sus hangares; rodeados de combustible para los aviones no son un buen acompañamiento cuando una bomba explota tras romper la cubierta. El Douglas SBD Dauntless; fue el avión responsable de los blancos; frente al poco éxito de los torpederos Douglas TBD Devastator.
Finalmente, tras la batalla, los japoneses derrotados; habiendo perdido sus cuatro portaaviones que habían participado en la batalla; incapaces de conseguir mantenerlos a flote, tienen que usar sus propios barcos para evitar que caigan en manos de los estadounidenses, y las fuerzas supervivientes huyen de Midway; regresando los estadounidenses victoriosos hasta Midway.
Una película muy entretenida, y desde luego muy recomendable para cualquier amante de la historia; como todo este tipo de películas relativamente bien ambientadas; y tratando con cierta equidistancia la batalla; sin cargar mucho las tintas contra los japoneses.