17 julio, 2020
por admin
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El cuarto día; elegimos ir a visitar el monasterio Nevsky; que da nombre a la avenida; así que cuando salimos a la calle; en vez de girar a la derecha como días anteriores giramos a la izquierda; buscando la estación de trenes y una gran rotonda donde se encuentra el monasterio. Alejandro Nevsky fue un noble ruso del siglo XIII, líder militar y santo ortodoxo. En este monasterio reposan sus restos y son venerados.
Tiene unos grandes jardines en la parte frontal y un cementerio en la parte trasera.
Cuando salimos del convento decidimos dar un buen paseo y cruzar buena parte de la ciudad para llegar y visitar el Convento Smolny; había una gran cantidad de turistas; sobre todo asiáticos visitando la iglesia; aunque hacían fotos y se iban. Cuando visitamos el interior lo entendimos: casi todo estaba en restauración y por dentro la decoración y las imágenes son aún muy pobres.
Lo que si nos llamo la atención era la cantidad de edificios gubernamentales de la época soviética que había por la zona.
Desde allí nos atrevimos a coger un autobús urbano que nos acercada un poco al centro; y se nos ocurrió ir al zoo.
El zoo de San Petersburgo está en el centro; justo enfrente de la fortaleza De San Pedro y San Pablo. Evidentemente tienen muchos animales rusos y que quizás no son muy populares en España: osos polares, tigres, renos,…
Al final cuando salimos ya estaba anocheciendo y volviendo al hotel nos dimos cuenta que nos faltaba aún una cosa importante por ver y recorrer: ¡un paseo en barco por los canales de la ciudad!
Al llegar a la altura del canal con los leones normalmente hay muchos voceros que se encargan de promocionar y anunciar los barcos; así que siguiendo un poco su pista llegamos hasta un pequeño muelle con un par de barcos y nos ofrecieron un par de recorridos; pagamos; nos montamos y esperamos a partir.
Recorrimos varios canales hasta salir al golfo y desde allí hicimos un pequeño recorrido viendo la fortaleza de San Pedro y San Pablo, el crucero Aurora, la catedral de San Isaac;
Y tras desembarcar y volver a la ciudad; de camino al hotel pasamos a cenar. En la calle Nevsky; la calle que nunca duerme siempre es fácil encontrar un buen sitio para cenar.