Esta semana aproveché para ver «La Trinchera Infinita«; que si no me equivoco será la que España presente en el próximo festival de los Oscar en Estados Ubidos y premiada aquí en España.
Cuenta la historia de Higinio (Antonio De la Torre); un concejal del frente popular de un pueblo de la Sierra de Huelva; se siente inseguro en los primeros días de la Guerra Civil tras entrar las tropas nacionales en su pueblo; intenta escapar de mañana temprano; pero finalmente tiene que esconderse en un pozo; donde es tiroteado junto con un par más de concejales; aunque él consigue salvarse milagrosamente con una herida de bala en una pierna; consiguiendo llegar a su casa donde su mujer; estaban recién casados; lo esconden en un agujero que habían hecho bajo las tinajas del aceite.
Allí, Rosa (Belén Cuesta), esconde a su esposo, encargándose de cuidarlo y que no le falte de nada; aunque eso no le evita de las represalias; que tenga que hacer una visita al cuartel y la rapen.
Los días pasan, y los años, Higinio a través de escapadas furtivas para asomarse a las ventanas ve cambiar las cosas: el fin de la guerra; el comienzo de la II Guerra Mundial por la radio.
Un buen día Higinio decide pedirle el favor a su padre de que le construya un refugio en su casa; que guarda mejores condiciones que la que heredó su mujer.
Y allí encerrado fue viendo pasar el tiempo y los años; viendo crecer a su hijo que tuvo en circunstancias muy difíciles; siendo mantenido por su mujer que trabaja como modista; heredando el negocio de su suegra.
Hasta que 30 años después del fin de la guerra civil; el gobierno aprobó la ley de Amnistía General; momento en el que decide volver a salir y pisar la calle; encontrándose una España nueva, limpia y más moderna que la de 1936.
Un tema que se había tratado ya en varios libros, como «Las Hermanas Coloradas» de Garcia Pavón o «Los Topos» de Jesus Torbado. Un libro que para lo que nos tiene acostumbrado el cine de los últimos años quizás trate el tema de forma más equitativa: donde los propios miembros del frente popular admiten sus excesos y sus discursos de odio que propiciaron el clima del año 1936 que terminó en el alzamiento o la España que se respira en el 1969 que pisa Higinio; si bien durante la película en un monólogo que mantiene no parece renunciar a sus ideas.