17 enero, 2021
por admin
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Aunque un viaje al Valle de Arán desde Jaén no sea cosa frecuente y haya que aprovechar el tiempo, no todo va a ser un viaje de deporte y naturaleza. Precisamente por esas razones, una pequeña escapada al vecino Valle de Bohí es importante.
En el Valle de Bohí están algunas de las mejores iglesias del románico catalán, siendo quizás la más famosa de ellas la de San Clemente de Tahull, con su famosísimo pantocrator.
El primer pueblo al que fuimos a parar fue el que da nombre al Valle: Boí; y pudimos ver su iglesia por fuera; porque aún estaba cerrada por el mediodía; y contemplar alguno de sus frescos exteriores
Para ganar tiempo, nos fuimos directamente hasta Tahull; donde están la famosísima Iglesia de San Clemente de Tahull y la de Santa María de Tahull; pero también estaban cerradas; así que aprovechamos para tomarnos un café, hasta que llegó la funcionaria de Cultura que abrió la iglesia; dentro hay un pequeño centro de interpretación, y un sistema de proyectores: Los frescos originales se encuentran en Barcelona en el MNAC. En los vídeos que proyectan cuentan la historia y el proceso de pintura. Un fresco de la iglesia data el día de consagración en el remoto 10 de Diciembre de 1123; la nada desdeñable cantidad de 898 años…
Desde allí y tras visitar la iglesia con bastante tranquilidad, nos fuimos a visitar la segunda iglesia del pueblo que se encuentra en el mismo centro y junto a una plaza: Santa María de Tahull; con mucha menos afluencia:
Mientras que en San Clemente los frescos estaban dedicados al Pantocrator, al Dios Todopedoroso, mayestático, juez de la Humanidad y serio que llama a todos ante el juicio final; en la iglesia de Santa María tenemos a la Virgen con el niño Jesús y los Reyes Magos oferentes. Es importante recalcar que todos los frescos que quedan en la iglesia son reproducciones que se hicieron en los años 60 (Los originales se llevaron a Barcelona a principios del siglo XX).
Tras salir de Tahull, volvimos a Boí a visitar la iglesia que ya estaba abierta y poder ver ahora los restos de mosaicos que quedan en el interior de la Iglesia (También reproducciones de los originales que se encuentran en el MNAC).
La última iglesia que nos dio tiempo a visitar fue la de Erill la Vall: Iglesia de Santa Eulalia de Erill-la-Vall. En esta iglesia en lugar de frescos, lo que exponen como la pieza clave es un conjunto escultórico tallado en madera del Descendimiento:
En el pueblo de Erill-la-Vall está también el centro de interpretación de toda la comarca, intentando contextualizar la construcción de las iglesias románicas en los convulsos y complejos tiempos de la Edad Media.
Tras salir del centro de interpretación, era la hora de cierre de todas las iglesias; así que sólo nos dio tiempo de ir a visitar la Iglesia de Santa María de la Asunción de Coll por fuera, y la de Santa María de Cardet; antes de volvernos para Las Bordas; al día siguiente sería 31 y deberíamos ya volver para casa.