El otro día mientras dábamos un paseo por el campo nos dimos cuenta de un pajarraco que andaba entre los árboles dando saltos y que no podía volar; desplegaba el ala derecha perfectamente; pero el ala izquierda no podía desplegarla. Era ya de noche y poco podíamos hacer.
El domingo temprano bajamos y la volvimos a encontrar en el mismo sitio. Tras llamar a la Seprona, estos nos dirigieron al Servicio de la Junta de Andalucía que vinieron al rato al recoger al pájaro. Le echaron una manta por encima y la cogieron con facilidad al llevar varios días sin cazar aparentemente; y nos confirmaron que el pájaro que veíamos tan grande y majestuoso era un águila ratonera (Buteo buteo); no especialmente grande.
La naturaleza; no deja de sorprendernos.