23 noviembre, 2021
por admin
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La semana pasada terminé de leerme «Las Uvas de la Ira», del que fue premio Nobel de Literatura, John Steinbeck. Conseguí hacerme con una edición de los años 50/60 de la Editorial Planeta.
Ambientada en los años 30; cuando los Estados Unidos se encontraban pasando lo peor de la crisis de 1929; cuenta la historia de una familia de Oklahoma, la familia Joad; cuando coincidiendo con la puesta en libertad de su hijo Tom, al llegar a la granja familiar se da cuenta que todo parece un erial desierto: ejecutando las deudas con los bancos; estos se han quedado con grandes extensiones de tierra; mecanizando su explotación y expulsando a las familias que residían en las fincas.
De esta forma Tom se incorpora a todo el trajín de su familia que está organizando un viaje para emigrar a California donde gracias a unos folletos publicitarios que demandan mano de obra, piensan que tendrán oportunidades de salir hacia delante.
Venden todo lo que tienen para comprar un viejo coche, convertirlo en camión y viajar, literalmente, con toda la casa a cuestas, incluyendo padres y abuelos; colchones; platos, ollas; el último día a modo de ritual y preparación mataron dos cochinos para salarlos y llevarse la comida del viaje.
Pero ni el viaje ni la recepción en California fue sencilla; muchos agravios; y prejuicios contra los «okies» como los llamaban despectivamente los acompañan durante todo el viaje; y en su destino el trabajo también escasea; salarios ridículos que apenas si dan para la comida del día…
Una novela dura, pero interesante; todo un ejemplo claro de lo que supuso la crisis del 29 en los Estados Unidos, la pobreza y miseria a la que lanzó a los más débiles y la incertidumbre frente a un futuro que para nada estaba asegurado. Steinbeck supo aunar en esta obra todos estos sentimientos en el perfil de sus personajes, en una novela como un gran retrato de una de las mayores crisis del siglo XX.