29 marzo, 2022
por admin
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Hace poco terminé de leerme «La Novela de mi Vida», del escritor habanero Leonardo Padura, y cronológicamente, publicada tras «Adiós Hemingway»
Aquí somos testigos de tres historias decaladas más de dos siglos pero que son narradas simultáneamente, por un lado, en el año 1999 la llegada de Fernando, un cubano, antiguo profesor de literatura, afincado en Madrid y que emigró a través del Mariel.
Después de casi 20 años fuera de Cuba en un periplo que le llevó por los Estados Unidos hasta recabar en España; lo llaman sus amigos de Cuba para que vuelva ante lo que parece un hallazgo muy importante: la posible aparición de una novela inédita de José María de Heredia; mientras tanto la novela nos va contando otras dos historias paralelas; la vida del propio Heredia a principios del siglo XIX, la de su último hijo vivo a principios del siglo XX, y la de este grupo de amigos que andan buscando por media provincia de occidente de Cuba las pistas tras los manuscritos de Heredia.
Heredia, un poeta de la isla de Cuba de principios del siglo XIX, de estilo romántico tuvo una vida corta y algo complicada. Hijo de un funcionario de La Corona española, nació en Santiago de Cuba casi por casualidad aunque se sintió siempre cubano; unido a algunos movimientos rebeldes de la isla, fue localizado por la policía y decidió escapar a México para continuar con su vida. La supuesta novela que investiga Fernando y sus amigos cuenta la historia de un amor de juventud con la heredera de una fortuna de Matanzas, creada al calor del azúcar y los esclavos. Sin embargo ese hijo fue criado por el hermano de Lola Junco para evitar escándalos.
Mientras tanto el último hijo vivo de Heredia, ya en 1920 intenta cumplir la última voluntad de sus padres de hacer que publiquen el manuscrito 100 años después de la muerte del escritor para proteger a la familia del hijo de su aventura con Lola Junco. Para ello confía en una Logia Masónica, que debe desprenderse del documento a los pocos años en una redada organizada por el General Machado; momento en el que se le pierde la pista al escrito.
Fernando pasa buenos días en la isla, intentando entender que pasó cuando lo echaron para adelante en los años 70, cuando empezaba como profesor de universidad, haciéndole la vida imposible hasta que finalmente se exilió.
Una novela muy interesante de Padura, donde recorre los últimos dos siglos de la historia de la Isla, de una forma amena, con constantes referencias a las fortunas y grandes familias que formaban las oligarquías del siglo XIX, grandes palacios que aún quedan en La Habana; aunque quizás personalmente prefiriese el estilo de la serie Mario Conde.