Está semana terminé de leerme esta divertida (y trágica) novela de Wenceslao Fernández Flórez. Fue un periodista del ABC, que pasó la guerra civil en Madrid, escondido en la embajada de Holanda, consiguió exiliarse en 1938, salvando así su vida.
Charles Ring es un policía británico que es enviado a la España republicana durante la guerra para buscar un caballo pura sangre extraviado. Una vez allí, atrapado en el Madrid revolucionario y acompañado de otros personajes, en especial Saldaña que recibe por error un premio de la lotería y tiene que huir para salvar su vida, se van aconteciendo historias que por cotidianas no dejan de ser trágicas y triste por las circunstancias.
Todos los excesos que se produjeron en el bando republicano, sumido no solamente en una guerra civil sino en una revolución interna contra la propiedad privada son retratados de una forma trágica y graciosa en el libro. Grupo de intelectuales de ciudad que van al campo a trabajar sin saber nada; ministros sin formación y preocupados de llenarse la faltriquera, y por supuesto, recordando las vivencias del propio escritor, el cobijo en una embajada y el tráfico de influencias que ello llevaba. Hambre por todos lados; todo trágico y contado en tono de humor.
Desde luego es uno de los grandes libros que hablan de la Guerra Civil, como «La Forja de un Rebelde» o «Madrid de corte a checa«; si bien este libro de Wenceslao Fernandez es mucho menos conocido aunque yo diría que es brillante por la época que retrata.