Este fin de semana aprovechamos para ver «Babylon», una película recientemente estrenada, dirigida por Damien Chazelle (La La Land) y protagonizada por Brad Pitt y Margot Robbie (El Lobo de Wall Street)
Es una película de excesos; nada más comenzar, el mexicano, chico para todo (Manuel Torres interpretado por Diego Calva) intenta llevar un elefante a la mansión de un magnate del cine para una fiesta/orgía. Años 20, los locos años 20, y en esa fiesta se mezclan empresarios con actores consagrados que buscan desahogarse de sus problemas cotidianos y gente que va a California a buscarse la vida e intentar hacerse un lugar en la industria del cine.
Así es como se fijan en Nelly LaRoy (Margot Robbie) para empezar a grabar en los estudios de la Kinescope (nombre ficticio de un gran estudio). Es la época del cine mudo; se graba al aire libre para aprovechar la luz natural.
Entre exceso y exceso vemos como la propia industria cinematográfica cambia y evoluciona: la llegada del sonido, qué preocupa mucho a Jack Conrad (Brad Pitt) que incluso a contratado a Many. Conrad no termina de cogerle el ritmo al sonido. Mientras tanto una afamada periodista cinematográfica, Elinor se dedica a hacer leña del árbol caído.
Many llega a convertirse en productor y ejecutivo de los estudios; aunque eso no impide que tenga sus roces con los bajos fondos.
En definitiva un gran homenaje al propio cine, centrándose en los felices años 20 que ahora tan atrasados nos parecen pero que vieron una cantidad de cambios técnicos a una velocidad inimaginable. Directores alemanes, guiños a actores de Hollywood como Gable o Valentino. Una película que desde luego no te dejará indiferente.