Con el paso del tiempo, y sobre todo el uso, el sensor de la Olympus XZ-1 (y es que ya la tengo en uso desde hace 9 años), se ha ido llenando de polvo, algo en especial molesto en condiciones de mucha luz cuando el diafragma se cierra y las motas de polvo se marcan claramente en la fotografía.
Lo único que se me ocurría era abrirla y soplarle el sensor; algo relativamente sencillo en las cámaras de objetivos intercambiable, pero no tan sencillo en las cámaras compactas.
Al final, con un poco de ayuda de youtube y un buen juego de destornilladores, conseguí llegar hasta el sensor, y con la pera, soplarle un poco al sensor para luego volver a montarla.
Y tras cerrarla, ya está la cámara plenamente operativa y a pleno rendimiento. ¿Quién dijo miedo?