Ayer miércoles aprovechamos para ir al cine a ver la película «Gordos», del director español Sánchez Arévalo, y cuenta con actores como Antonio de la Torre, Verónica Sánchez (Los Serrano), Pilar Castro.
La película gira en torno a la gordura: Un grupo de terapia para ayudar a la gente a perder peso es el comienzo de la película. Cuenta la historia de varios gordos y de cómo se van cruzando:
Abel (Roberto Enríquez) es el director del grupo, está casada con la bella deportista Paula (Verónica Sánchez), a la que poco a poco irá rechazando porque se queda embarazada y empieza a engordar, paradojas de su profesión.
Enrique (Antonio de la Torre) es uno de los personajes centrales de la película: Protagonista hace tiempo de un programa de venta por televisión para adelgazar tenía que mantener su peso durante tres años, cosa que no consiguió cumplir y que le costó muchos problemas con su socio. Aunque gay, termina liado con la mujer de su socio.
Alex (Fernando Albizu) trabaja en la policía científica, viene de familia de obesos y le gustaría adelgazar para no morir joven, su hija también tiene problema de sobrepeso y sólo encuentra apoyo en Paula.
Sofía (Leticia Herrero) es una chica muy religiosa (¿parodia en la película del Opus?) y tiene bastantes discrepancias con su novio Alex (Raúl Arévalo) sobre si debería adelgazar o no.
Leonor (María Morales) es una Ingeniera en Telecomunicaciones que hace poco que se ha quedado sola al viajar su novio a EE.UU., y ante el cambio de su situación comenzó a comer más y a engordar, dándole un vuelto por completo a su vida.
Estas son las historias paralelas que va contando la película y que va entrelanzando entre sí.
La película intenta introducir también algo de trama, intentando conseguir una tragicomedia, si bien la parte cómida eclipsa a todas las demás.
Los actores no están mal, si bien alguno me pareció un poco sobreactuado.
Por lo general la película es divertida, fácil y sencila de ver, aunque si a alguno le sobran algunos kilillos, lo mismo le entra mal de conciencia.

Esta semana aproveché para ver «La Trinchera Infinita«; que si no me equivoco será la que España presente en el próximo festival de los Oscar en Estados Ubidos y premiada aquí en España.

Cuenta la historia de Higinio (Antonio De la Torre); un concejal del frente popular de un pueblo de la Sierra de Huelva; se siente inseguro en los primeros días de la Guerra Civil tras entrar las tropas nacionales en su pueblo; intenta escapar de mañana temprano; pero finalmente tiene que esconderse en un pozo; donde es tiroteado junto con un par más de concejales; aunque él consigue salvarse milagrosamente con una herida de bala en una pierna; consiguiendo llegar a su casa donde su mujer; estaban recién casados; lo esconden en un agujero que habían hecho bajo las tinajas del aceite.

Allí, Rosa (Belén Cuesta), esconde a su esposo, encargándose de cuidarlo y que no le falte de nada; aunque eso no le evita de las represalias; que tenga que hacer una visita al cuartel y la rapen.

Los días pasan, y los años, Higinio a través de escapadas furtivas para asomarse a las ventanas ve cambiar las cosas: el fin de la guerra; el comienzo de la II Guerra Mundial por la radio.

Un buen día Higinio decide pedirle el favor a su padre de que le construya un refugio en su casa; que guarda mejores condiciones que la que heredó su mujer.

Y allí encerrado fue viendo pasar el tiempo y los años; viendo crecer a su hijo que tuvo en circunstancias muy difíciles; siendo mantenido por su mujer que trabaja como modista; heredando el negocio de su suegra.

Hasta que 30 años después del fin de la guerra civil; el gobierno aprobó la ley de Amnistía General; momento en el que decide volver a salir y pisar la calle; encontrándose una España nueva, limpia y más moderna que la de 1936.

Un tema que se había tratado ya en varios libros, como «Las Hermanas Coloradas» de Garcia Pavón o «Los Topos» de Jesus Torbado. Un libro que para lo que nos tiene acostumbrado el cine de los últimos años quizás trate el tema de forma más equitativa: donde los propios miembros del frente popular admiten sus excesos y sus discursos de odio que propiciaron el clima del año 1936 que terminó en el alzamiento o la España que se respira en el 1969 que pisa Higinio; si bien durante la película en un monólogo que mantiene no parece renunciar a sus ideas.

Tenía pendiente esta película, en la pila de baja prioridad y la semana pasada encontré un hueco para verla en dos golpes.

Respondiendo a las fantasías del director manchego, Pedro Almodovar, la película es una comedia que desarrolla en un avión que cubre la ruta Madrid – México D. F.; toda la tripulación es homosexual: los azafatos Fajas (Carlos Areces), Joserra (Javier Cámara) y Ulloa (Raúl Arévalo); el copiloto del avión Benito Morón (Hugo Silva), padre de familia aunque con algún escarceo con el comandante Álex Acero (Antonio de la Torre) (bisexual).

Entre los pasajeros, tenemos a una vidente algo zumbada Bruna (Lola Dueñas) que durante el vuelo viola a otro pasajero.

El Señor Más es un banquero que huye perseguido por la justicia por su gestión al frente de un banco (o caja de ahorros); en alegoría a los escándalos bancarios que saltaron en la prensa en los años 2009 y 2010 por las cajas controladas por los partidos políticos.

Infante (José María Yazpik), un sicario mexicano que termina por liarse con Norma Boss (Cecilia Roth); el alter-ego de Bárbara Rey y que ante un problema surgido durante el vuelo empieza a tirar de la manta hablando de ciertas grabaciones con todos los peces gordos del país.

Y no podía faltar Guillermo Toledo en el papel de Ricardo Galán; un actor capaz de arrastrar al suicidio a sus novias, Ruth (Blanca Suárez); Alba (Paz Vega).

Todo eso se mezcla junto con mucho alcohol y sexo desenfrenado en los baños para hacer una comedia, tal y como la entiende Almodóvar.

Tarde para la Ira es una película española del pasado 2016, ópera prima del actor Raúl Arévalo (Gordos) como director.
Protagonizada por Antonio De la Torre (La Isla Mínima) en el papel de José es un enfermero de hospital que no deja de ver machaconamente las imágenes de un atraco a una joyería; escena con la que comienza la película. José es un individuo taciturno con poca vida social, un bar de barrio el trabajo y los chats de las redes sociales es todo lo que frecuenta.
Todo comienza a precipitarse el día que liberan, tras cumplir su condena, a uno de los condenados por el atraco a la joyería: el chófer, Curro (Luis Callejo), momento que José aprovecha para llevarse a su esposa e hijos y chantajearlos para poder llegar hasta el resto de miembros de la banda y poder aplicar su justicia.
Una película entretenida; un tanto lenta al principio y quizás carente de ritmo hasta el final.