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Blog personal de José Ramón Martínez Pérez.

25 septiembre, 2006
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La cena despedida de Amelia

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El viernes después de hacer tantas cosas por Darmstadt, nos fuimos a cenar por la despedida de Amelia.
Queríamos ir a un sitio que nos había recomendado la profesora de alemán que es «típico alemán», «Bockhause», pero la verdad es que las crónicas de algunos que ya habían estado allí no fueron muy buenas, así que buscamos otro sitio, y al final el sitio elegido fue el «Grohe«, que es una cervecería (también bastante típica alemana).
Tuvimos algunos problemas, porque resulta que en la cervecería tenían como dos partes diferentes, una para comer y otra para tomar cervezas con cartas diferentes, y el camarero, que tenía una gracia que se la pisaba, ni nos avisó ni nada. Con decir que le pedimos una carta y se lo tomó al pie de la letra, nos trajo una carta para 15 personas (bueno, a lo mejor no éramos 15, pero como si lo fuésemos).
Al final nos cambiamos a la otra parte y nos metimos en el restaurante para comer algo. Pedimos diferentes especialidades alemanas, yo incluído un apetitoso codillo (Haxe en alemán) con su «chucrut«, (Sauerkraut en alemán), en fin, típico alemán, y claro, acompañando como no podía ser menos, una cerveza (cualquiera pide otra cosa en una cervecería).
Después nos dividimos en un par de grupos, los que tenían que madrugar y los que no (es lo bueno de estar de «vacaciones»), así que yo me fui en el segundo grupo un rato al Schlosskeller, con club Italia, Jordi, Ignasi (el nuevo), y demás gente que andaba por allí.

1 septiembre, 2006
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El cumpleaños de Amelia o la Weinfest o el Waldspirale

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Ya está volviendo la gente de las vacaciones (sobre todo los que se han ido…), una de ellas Amelia; su cumpleaños fue hace poco y como no lo pudo celebrar con nosotros el otro día, ayer nos invitó a dar una vuelta y a tomarnos algo.
Resulta que ahora es la Weinfest en Darmstadt, algo así como la feria del vino (aquí cerca de Darmstadt también hay viñas y cosas de esas), así que aprovechando, matamos dos pájaros de un tiro y nos dimos una vuelta.
Había muchas casetas, la mitad con vino y la mitad con comida, algunas eran típicas alemanas y otras de los alrededores (Italia, Austria, etc.) En fin, al final nos decidimos por tomar unas especies de pizzas en un tenderete italiano que estaban muy ricas, una era de ajo, es decir pan untado con aceite y ajo, y otro con tomate y queso, que rico.
Y claro, para acompañar todo esto, un poco de vino (Prosecco). Después para tomar postres nos fuimos a un tenderete de crepes, que estaba en la otra punta de la feria y que creo que trabajaba la mujer más vieja del mundo haciendo crepes (¿No se habrá podido jubilar todavía?)
Como a mí no me convencían muchos los crepes, conseguí que me acompañaran a la heladería de la torre blanca para tomar un helado de chocolate con chocolate y con chocolate por encima.
Después acompañamos a Helen que tenía ganas de ir al Waldspirale. Es un edificio que construyeron hace relativamente poco tiempo y que parece una casa loca, le da cierto aire a la Casa Milá, aunque construida 100 años después.
En todo lo alto hay un bar que está bastante bien y lo más interesante son las vistas que hay.
Así que nos tomamos algo y luego a casa. En fin, un día de lo más completo.

23 abril, 2019
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El Escorial

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Estas vacaciones de Navidad, entre Nochebuena y Nochevieja, aprovechamos unos días libres para hacer una pequeña escapada: Escorial, Segovia y Ávila.
La primera parada fue El Escorial, así que tras reservar alojamiento, el viernes 28 bien temprano cogíamos el coche, desayunábamos en Casa Ignacio y salíamos rumbo a Madrid por la autovía. Sin volver a parar llegamos directamente al pueblo de San Lorenzo del Escorial, dejamos el coche en el parking del hotel Don Jaime, una antigua casa rehabilitada como hotel, acogedora, cómoda y con un servicio muy atento.
Desde allí directamente bajamos la calle (unos 200 metros) para llegar al Palacio. Vimos el centro de información para turistas y nos fuimos directamente a hacer la pequeña cola que había en la puerta lateral. Pagamos la entrada, pasamos el arco de detección de metales y ya estábamos dentro.
Desde las galerías laterales, fuimos caminando hasta que salimos al patio principal y vimos anunciada la Biblioteca por dónde empezamos la visita. Poco puede decirse de la que quizás sea la sala más conocida del palacio, quizás junto con el Panteón Real. Biblioteca donde se encuentran escondidos tesoros, como los libros de Diego de Villalta, re-descubiertos a principios del siglo XX y reeditados hace 40 años.
Desde allí seguimos la visita por unos patios y claustros que nos llevaron a la primitiva capilla del palacio, salas de pinturas donde pudimos disfrutar de pinturas hasta del Greco.
Continuamos por las dependencias reales, la sala donde dormía Felipe II, con vistas directas a la Iglesia e incluso su cama. Salimos a la Iglesia paseando por sus naves, de donde volvimos a salir al patio principal.
En las criptas se encuentran enterrados los infantes, principesco y reyes de España desde el siglo XVI, siendo la sala más conocida el Panteón Real, donde faltan Felipe V y Fernando VI, y que además se encuentra lleno, ya no quedan más féretros vacíos donde presumiblemente deberían descansar D. Juan Carlos I y Doña Sofía.
Visitamos la última ala que nos quedaba, la de los Borbones que adecuaron parte del palacio a sus gustos, más recargado, lleno de tapices a finales del XVIII y principios del XIX.
Al salir del edificio nos quedaba aún por visitar los pequeños jardines que rodean por un lateral el Palacio, y que nos dieron la idea de comprar unas Camelias para ponerlas en macetones en la casa.
Tras pasar toda la mañana en el palacio y quedar sin palabra al contemplar todo en detalle nos fuimos a comer a un restaurante que está al cruzar la avenida con tráfico, un sitio turístico y para gente de paso, donde matamos él hambre.
Como anochecía temprano, nos fuimos para el hotel para deshacer las maletas y descansar un poco antes de salir a cenar. Dimos una vuelta por el pueblo aprovechando que con las Navidades habían puesto un Belén enorme en el pueblo para ir a tomar algo a una cafetería antigua que nos recomendó el dueño del hotel.
Y antes de volvernos al hotel como no podía ser menos, una visita nocturna al Escorial por fuera para poder hacer alguna fotografía nocturna. No sé cuándo volveremos a tener la oportunidad de visitar esta tremenda obra de arte y testigo de la historia.
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30 abril, 2015
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Interstellar

Interstellar
Está semana aproveché para ver en un rato libre una de las mejores películas de ciencia ficción del 2014: Interstellar; dirigida por Christian Nolan (director entre muchas otras de «Inception» y de la nueva saga de Batman).
Entre el reparto destaca Matthew McConaughey, en el papel protagonista de Joseph Cooper, un ex-piloto de la NASA reconvertido a granjero ante la crisis ecológica que amenaza a la Tierra y que parece condenarla al hambre sin remisión. Acompañado de sus dos hijos un buen día llega hasta los restos de la NASA: un puñado de hombres que casi sin apoyo del gobierno deciden intentar salvar la unidad poniendo en ello todo sus conocimientos.
Allí convencen a Cooper de participar en su misión «Lázaro», una misión orientada a poblar mundos más allá del Sistema Solar; aprovechando una perturbación gravitatoria depositada por «alguien» en las cercanías de Saturno. Así es como en misiones anteriores la humanidad ha sido capaz de llegar hasta varios planetas candidatos a albergar la vida. Cooper acompañado de una misión científica donde destaca la doctora Amelia Brand (Anne Hathaway) se encargarán de comprobar la idoneidad de algunos mundos para depositar unos viveros cargados de embriones para permitir su repoblación por los humanos (aquí aparecen algunos conceptos ya tratados por Arthur C. Clarke en su novela «Cánticos de la Lejana Tierra«).
Sin embargo no es por todo lo que reluce y aún les queda mucho por aprender sobre la verdadera identidad humana; mientras en la condenada Tierra; algunos prominentes científicos, entre los que destacan la propia hija de Cooper, se resisten a darse por vencidos e intentan salvar a la humanidad por todos sus medios.
Una buena película de ciencia ficción; como pocas de hacen a día de hora; con algunas escenas que me recuerdan a 2001; un largometraje de algo más de dos horas y media; pero que realmente merece la pena. Además el consultor científico para la traducción fue Daniel Marín.

1 julio, 2010
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Palacio de Pillnitz

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El domingo quedé con Virginia y otra amiga brasileña para hacer una excursión. Al final elegimos el Palacio de Pillnitz, que está muy cerca de Dresde y que sólo conocía de haber pasado por la puerta con la bicicleta.
Salimos de Dresde, y aunque se puede ir en tranvía, fuimos en tren hasta Pirna, y desde allí cogimos un autobús que nos llevó hasta la misma puerta del palacio, pero sorpresa, sorpresa, había una fiesta «Elbhangfest», por la que nos hicieron pagar una entrada. Dentro había lo típico en este tipo de ferias (y que también hay en España): Puestos de venta de «artesanía«, puestos de comida y de bebida y algunas atracciones para los niños, como este tren a vapor que funcionaba con gas.
Estuvimos dando una vuelta por el palacio, viendo los patios, fuentes y edificios que lo componen: Es un palacio del siglo XVIII de los tiempos de Augusto el Fuerte, que fue Rey de Sajonia y de Polonia. Además es curioso ver el embarcadero que llega hasta la misma puerta del palacio.
Después de recorrerlo, nos sentamos para comer un poco y descansar: Después continuamos dando una vuelta por los alrededores del palacio, donde hay una especie de jardín botánico: árboles exóticos como camelias, un invernadero, y varios edificios en medio del parque, estanques con peces y patos; vamos que estos reyes no vivían nada mal.
Y después, vuelta para Dresde, ya comidos, que había que hacer cosas por la tarde. La vuelta fue un poco más complicada porque por motivos de la fiesta habían cancelado la línea de autobús que lleva hasta Dresde así que tuvimos que ir hasta el río donde cogimos un barco de la empresa municipal de transportes que nos acercó hasta un sitio en el que pudimos coger un tranvía que esta vez sí nos dejó en casa.