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Blog personal de José Ramón Martínez Pérez.

19 septiembre, 2010
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Tercer día en Darmstadt: Domingo

Darmstadt
El domingo 22 fue el último día del fin de semna que pasé en Darmstadt. Después de levantarnos no muy temprano (tampoco había prisa pues me volvía por la tarde), y desayunar, vi la serpiente que de la compañera de piso de Jose, y fuimos a darnos una vuelta, pasamos por la calle del Saturn, donde está la estatua de Bismarck, pasamos por la Stadtkirche, la Volkhochschule (donde me examiné del ZD, hace ya algunos años…)
Continuamos bordeando el Woog, el lago donde la gente de Darmstadt va a bañarse normalmente, y volvimos al centro, pasando por el palacio.
Fuimos al Ratskeller a comer, sentándonos fuera, aprovechando que hacía bastante buen tiempo y solecico.
Y luego ya no quedó mucho más tiempo: Ir a casa de Jose a recoger mi maleta, y bajarnos para la estación de trenes para llegar puntual, y rumbo a Dresde de nuevo.

16 septiembre, 2010
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Leipzig

Ayuntamiento de Leipzig
Hace un par de sábados, aproveché el día para ir a hacer turismo a Leipzig. Hasta hace poco tiempo era la ciudad más grande de Sajonia (cuya capital es Dresde).
La comunicación entre Dresde y Leipzig es muy buena: Hay trenes directos IC y regionales cada hora; así que me compré un «Sachsen ticket» que le permite a uno viajar por varias regiones sin tener que comprar más billetes.
Al llegar a la estación de Leipzig pude comprobar como es mucho mayor que la de Dresde, y para mi sorpresa vi que tenían incluso algunas locomotoras antiguas estacionadas (Creo que estaban relacionadas con el 175 aniversario de los ferrocarriles alemanes).
Salí de la estación, y sin conocer la ciudad muy bien ni saber hacia donde ir, así que al final busqué un mapa del metro y vi por donde caía el centro, más o menos, así que empecé a callejear; una cosa muy interesante es que todo el centro de la ciudad (al igual que en otras ciudades de Alemania como Múnich o Dresde), está cerrado al tráfico, por lo que es muy agradable y cómodo pasear.
Lo primero que me encontré fue la iglesia de San Nicolás (que tuvo importancia durante las manifestaciones previas a la reunificación alemana). El interior se construyó a finales del siglo XVIII, y es muy llamativo el techo decorado con motivos vegetales.
Cerca está la plaza del Ayuntamiento Viejo, donde se monta el tradicional mercado de Navidad, aunque estaba de obras y todo levantado. Por la parte trasera se encuentra el antiguo edificio de la bolsa de Leipzig, de estilo barroco.
Aproveché que ya entraba hambra, para comer en un Burger King que estaba en la misma plaza; y ya con la barriga llena seguí paseando, hasta encontrarme con la iglesia de Santo Tomás, de estilo gótico, muy conocida porque fue donde Bach desarrolló gran parte de su carrera, entre 1723 y 1750.
Luego sin un rumbo muy fijo seguí paseando por el centro de la ciudad, hasta que me topé con el Ayuntamiento (el Nuevo), un edificio enorme, con una torre que alcanza los 115 metros de altura, y estuve paseando por la zona donde se encuentra también el tribunal administrativo federal de Alemania (o lo que sea, un juzgado enorme para todo el país), una biblioteca de la Universidad, el consulado de los EE.UU., y otra iglesia gótica que sólo pude visitar por fuera.
Me volví para el metro, para ir hacia el monumento a la Batalla de las Naciones (O Batalla de Leipzig), una batalla entre Napoleón I y las tropas prusianas, rusas y suecas, que perdió el primero. Para conmemorar el I centenario de la batalla, 1913, mientras era emperador Guillermo II, se construyó este enorme mole de hormigón, de 91 metros de altitud, recubierta de granito y piedra: Basta ver el tamaño de las personas en la entrada de la puerta. Pagando la entrada se puede visitar por dentro, subir arriba para disfrutar de las vistas (con muchos escalones, eso sí) o ver la cripta donde una corona recuerda a los caídos en la batalla bajo la atenta mirada de unos caballeros. En el centro de visitantes hay algunos recuerdos que se pueden comprar y muestras de piezas que se vendieron cuando se construyó hace ya 100 años.
Y tras visitar el monumento, vuelta a Dresde, pasando por la estación de trenes.

8 septiembre, 2010
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Sommerfest del Fraunhofer

Heide
El pasado jueves, día 2, organizó el Fraunhofer la «Sommerfest», una barbacoa organizada en un Biergarten cerca del Elba por el Instituto. Aunque la hora oficial de comienzo eran las 5 (horario alemán), existía la posibilidad de hacer una ruta de senderismo por el bosque cercano del Heide, para así hacer ganas de comer y ganarse la cena.
Yo no tenía muchas ganas, pero al final me convencieron entre todos, así que al final a las 3 estaba preparado con la chaqueta y el paraguas para empezar la ruta. En principio el camino a seguir estaba claro, y además todos los senderos por el bosque están señalizados, pero sin saber muy bien como, el grupillo en el que iba nos quedamos atrás y perdimos el rastro de los que iban delante, hasta que finalmente llegamos a una encrucijada en la que no teníamos ni idea de para dónde tirar; pese a que contábamos con un mapa. Menos mal que llevábamos móviles y pudimos llamar a alguien del grupo de cabeza.
Aunque nos explicaron la ruta que iban a seguir, notros intentamos imitarles, pero sin saber muy bien como, empleamos casi una hora más en llegar hasta «el mundo civilizado».
La cosa es que al final, tras 3 horas y 20 minutos de marcha por el Heide, pudimos llegar al Biergarten, «Saloppe«, y por supuesto, antes de ir a por la comida, una cervecita bien fresquita, que llegamos medio deshidratados.
Luego comimos de grill (Chuletas y salchichas), aunque también había pan para acompañar y ensalada.
Y luego la verdad es que nos lo pasamos bien charlando los compañeros, aunque no nos quedamos hasta muy tarde, que al día siguiente había que madrugar.

7 septiembre, 2010
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Despedida de Jacobo

Jacobo
La semana pasada, el martes 31, fue la despedida de Jacobo, un chico gallego que llegó un mes antes que yo para hacer unas prácticas también en el Fraunhofer (aunque en otro diferente a donde yo estoy), y también por 6 meses. Y como el tiempo va tan deprisa, ya han pasado esos 6 meses (y a mí me queda ya poco para cumplirlos).
Para despedirnos de él, organizaron una fiesta de despedida en el New Feeling, por donde salí uno de los primeros fines de semana que llegué a Dresde.
Llegué media hora tarde, y pese ello, faltaba aún mucha gente, estaba casi vacío el local. Al rato se fue llenando y Jacobo cogió su guitarra y empezó a cantar alguna canción de su grupo y versiones de canciones de grupos famosos; pero después fue entre Oscar y los demás, cuando empezaron a organizar algunos juegos, para darle luego los regalos, coincidiendo además con su cumpleaños.
Y antes de que fuera más tarde, me volví, que al día siguiente tenía que terminar.
Y a estas alturas llevará ya una semana disfrutando de las playas de Galicia.

2 septiembre, 2010
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Museos del Palacio de Dresde

Museo de Dresden
El sábado pasado decidí pasarme por el museo del palacio de Dresde. 6 meses aquí y sería una lástima volverme sin visitarlos.
Hay dos visitas posibles: La colección de la Grí?nes Gewí?lbe (La cúpula verde) o la Neues Grí?nes Gewolbe. Yo visité la segunda, para la que suele haber menos público y es más fácil comprar la entrada.
Pensé que la visita duraría un par de horas, pero estaba equivocado.
La primera sala que se ve no es de la propia colección de la Neues Grí?nes Gewí?lbe, si no que es la galería de los príncipes electores de Sajona, con retratos y bustos, desde finales del siglo XV hasta el último rey que abdicó en 1918.
Las salas de las Neues Grí?nes Gewolbe creo que son 6, más o menos e incluyen muchos objetos de arte, principalmente orfebrería, esculturas de marfil o de vidrio.
En cuanto a las obras de orfebrería son auténticas obras de arte, hechas con plata, diamantes, piedras preciosas, al capricho y deseo de los reyes que representan desde objetos mitológicos, hasta representaciones de ceremonias (como esta de la India). Realmente una colección increíble, donde las piezas muchas de ellas caben perfectamente en la palma de la mano.
Me recordó mucho a la colección de la Residenz de Múnich.
Las últimas salas están dedicadas al Templo de Jerusalén y al diamante verde más grande del mundo que perteneció a la familia real sajona.
Cuando ya me disponía a salir, me dijo el guardia de seguridad que subiera a la planta de arriba, que todavía quedaban más salas. Vaya, vaya, que sorpresa.
La siguiente colección que visité fue la cámara turca, (Tí?rkische Kammer), que es una colección, fundamentalmente de armamento, del Imperio Otomano. El Imperio Otomano durante los siglos XVI y XVII llegó a poner cerco en numerosas ocasiones a Viena, momento en el cual los reyes de esta zona tuvieron ocasión de entrar en contacto con esta cultura y llamarles la atención sus extraños ropajes y armas, por lo que decidieron empezar a coleccionarlos. Además el hecho de que el rey Augusto el Fuerte fuese rey de Polonia, país que en aquella época tenía frontera con el Imperio Otomano, no hizo más que aumentar el número de piezas intercambiadas a nivel diplomático entre ambos reinos.
Con muchas espadas, armaduras, tiendas, aparejos para caballos, una colección interesante.
Otra colección que se podía visitar con la entrada es una conmemorativa de los 450 años de la creación del primer museo de Dresde, cuando los reyes decidieron juntar todas sus obras de artes en el palacio. Es una exposición tanto de piezas de museo como de la tecnología de la época y objetos de uso cotidiano, recorriendo todos los siglos, desde el XVI hasta la actualidad.
La sala de cobres (grabados), estaba cerrado porque en su lugar había una exposición temporal del pintor de Dresden «Glí?ckner«.
Así que de 2 horas nada, de nada, por lo menos se le van a uno 4 ó 5, pero muy interesante de todas formas.